Cazuela de pecados – Actúan: Marina Caracciolo, Guillermo Farisco, Marcela Fernández Señor y Lucas Conti Solustri – En video: Andrés Fraire – Vestuario: Patricia Blanco – Dramaturgia y Dirección: Guillermo Farisco
Tan sólo 4 talentosos actores son suficientes para una sucesión de 9 entretenidos momentos, generando unos 20 personajes e incontables pecados veniales, capitales, mortales y sociales. Con un ritmo que recuerda los viejos programas humorísticos de televisión, aparecen los creativos sketches ideados por Guillermo Farisco, algunos muy graciosos, otros más irónicos, farsescos o imitativos, pero siempre un tremendo reflejo social que permite la observación desde afuera para reír de nosotros mismos.
En Cazuela de pecados cada cuadro está titulado, tal como La luz de mis ojos, donde una tal Luz convive con un ciego a quien le cuenta la vida que pasa por la ventana, con cierto tono lujurioso para excitarlo vanamente mientras critica a los vecinos degenerados, inmorales y desbordados. En Las dos carátulas, un payaso no muy brillante pide trabajo inútilmente a una ex compañera de teatro devenida nueva rica. Luego, una posmoderna no da descanso a su celular y habla de cómo divorciarse ganando siempre. Un inexperto terapeuta nos recibe en un centro de rehabilitación y en sesión grupal obliga a una chica a expresar sus ansiedades para terminar sacando ridículas conclusiones.
Un custodio hipócrita, discriminador, alcahuete y extranjerizante conversa falsamente con una mucama paraguaya que trabaja para una judía rica y supuestamente caritativa. Pesebre, mujer de misa diaria, recrimina a un cura por albergar pecadores. No faltan hermanos que preparan todo para heredar convenientemente a la madre, ni un calmo marido que minimiza las quejas de su mujer, mientras hace crucigramas. Y todo termina en la organización de una muestra de arte, a cargo de un grupo muy especial.
Con un crescendo humorístico, cierta crueldad y disparate, el cuarteto actoral es muy parejo y cada uno tiene su momento de brillo. Lo importante es que han sabido crear desde lo histriónico, evitando el parecido de los personajes y otorgándoles una particular impronta, con aguda observación. El vestuario está muy logrado y en la simpática presentación videográfica cada número adquiere su propia diversión e identidad. Martin Wullich
Se dió hasta junio 2013
Teatro La Máscara
Piedras 736 – Cap.
(011) 4307-0566
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