La Fundación Konex -despues del éxito de Cascanueces– presentó el estreno mundial de este ballet hecho por chicos y adolescentes, aunque pensado para chicos y grandes, a cargo del Ballet Metropolitano de Buenos Aires. Con música de Léo Delibes -autor de Coppelia, Sylvia y La Source-, la obra toma la base de los cuentos de Carlo Collodi (Pinocho) y de Ernst Hoffmann (El hombre de arena), y en original argumento lo traslada a nuestra época, incorporando computadoras, fútbol, ritmos y vestimenta contemporánea, mezclada con tutús y mallas clásicas. El resultado es buenísimo, entretenido, variado y de notable ternura.
El programa de mano es casi una revista; figuran todos los participantes, incluso con fotografías de cada uno, el relato argumental, la estructura musical, opiniones de público y de crítica, bases para el conocimiento de la danza académica, significado de términos usados en el ballet, letras de canciones, entretenimientos y hasta un lugar en blanco para completar con autógrafos del elenco. Junto a la cálida bienvenida de Luis Ovsejevich, presidente de la fundación, es el programa más completo que he visto en años.
Con una puesta en escena llamativa, aprovechando el amplio escenario, la pareja protagónica se luce de forma notable en los diferentes pasajes, en atractivos duos o junto al cuerpo de baile. Rocío Ruiz aporta elegancia y femineidad, en perfecta unión con Lucas Erni, quien realiza un trabajo excelente y de superlativa simpatía. Su seguridad en las transiciones, sumado a la sustanciación con la historia, encantan de principio a fin. No es menor la labor del pequeño y fascinante Rodrigo Fredes, de visible capacitación técnica, quien encarna a Pinocho demostrando una versatilidad notable para pasar de lo clásico a lo popular, con admirable y creciente profesionalismo dada su corta edad.
La coreografía y experimentada dirección de Leonardo Reale -quien corporiza a Gepetto- se evidencia gratamente en todo el elenco, con lucimiento de Leandro Ferreira Morais como el Dr. Coppelius y Nina Zaera en el espíritu del Hada Protectora. También es muy destacable el ímprobo y logrado trabajo de los alumnos de Arte y Cultura. Las chiquitas que conforman las muñecas de la Cajita Musical son encantadoras y sorprende ver su dedicación. Como todo espectáculo realizado inteligentemente, con estética puesta en escena y deleitable magia, no es necesaria la excusa para llevar hijos, nietos o sobrinos. El espectador sensible se emociona a cualquier edad, sobre todo cuando se comparte. Martin Wullich
Se dio hasta agosto 2013
Ciudad Cultural Konex
Sarmiento 3131 – Cap.
(011) 4864-3200
Comentarios