Habitación de hospital que sobresale por su diseño de iluminación y escenografía. Hay esmero y cuidado en los detalles del trabajo de Verónica Alcoba y Lola Gullo, respectivamente. Empotrados en una especie de mural hay una guitarra, vinilos, entre otras cosas, que contrastan con los elementos típicos de un sanatorio.
Asimismo se nota la intención de Héctor Ferreyra por delinear cada perfil con el vestuario acorde. El paciente cayó en coma. Entra y sale del estado vegetativo a través de canciones. La música -atrayente composición de Lucas Fernández– es el puente entre la actividad cerebral que mantiene a su personaje con signos vitales, pero sin vida. Es relevante porque el rol de Fernández es central, aunque la mayoría del tiempo figure como un cuerpo inmóvil.
Se destaca también Malena Bernardi, porque en la línea argumental es la que se transforma con más fuerza. Ella usa a su favor los matices del perspicaz texto escrito por Emmanuel Medina, y crece en el transcurso de la actuación.
La obra -dirigida con precisión por Fermín Varangot– entretiene y a la vez expone los motivos individuales de tres personas que giran alrededor de otro que no está, pero los une. Natalia Mejía
Sábados a las 23
Teatro El Extranjero
Valentín Gómez 3378 – Cap.
(011) 4862-7400
elextranjeroteatro.com
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