FAUSTO, brillar en la oscuridad

Fausto, tragedia musicalElenco: Charley Rappaport, Emmanuel Degracia, Maia Barrio, Aimará Vázquez, Diego Soler – Coro: Evgenia Lisina, Ariadna Alegre, Ana Emanuel – Músicos: Damián Henquin (piano y dirección musical), Valeria Tártara (violonchelo) – Música: Ale Dolina – Vestuario: Carla Liguori – Dramaturgia: Joaquín Stringa – Iluminación y Dirección: Gastón Gliksztein

“En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura” dice el capítulo 28 del libro del profeta Ezequiel. Y sigue: “Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios (…)”. Ese ser creado, se convirtió, por la “multitud de tus contrataciones”, en ese ser inicuo y de pecado. Expulsado del santo monte de Dios, el diablo, la serpiente antigua, engaña a los hombres desde Génesis hasta Apocalipsis, y es el antagonista del doctor Fausto, cuyo progreso en la decrepitud de la vejez es inversamente proporcional a su sed y ansias de conocimiento y juventud. Como antítesis de Salomón, que pide sabiduría en vez de riquezas y Dios le concede ambas sin exigir nada a cambio, el Fausto de Goethe incurre en el irreversible error de pactar con el enemigo.

El mito de Fausto y su pacto con Mefistófeles fue tema de la celebérrima tragedia de Johann W. von Goethe, aunque también fue tratado por otros autores, como Christopher Marlowe en Doctor Faustus. La exploración de la fragilidad del ser humano, de su pequeñez en un universo inabordable, de su finitud y de que, al fin de cuentas, su destino es el polvo (consecuencia del pecado de Adán y Eva), son asuntos que han servido de inspiración durante centurias. Y ya ingresando en el primer cuarto del siglo XXI, la fascinación no es menor.

Es en ese contexto que Gastón Gliksztein y Joaquín Stringa llevan a las tablas esta inmortal historia que trata el problema del ser humano apelando a mitos paganos y a textos bíblicos. Entre citas de textos de la Biblia de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, con estupendos números musicales y efectos lumínicos, el drama de Fausto (que, al final de cuentas, es el drama del ser humano) se desenvuelve entre el misterio y la revelación, entre la fe y la insania. Con las palabras del profeta Ezequiel y del Apocalipsis, Lilith (Aimará Vázquez) relata el origen, apogeo y caída de Mefistófeles (Emmanuel Degracia). Seguido por su demoníaco ladero Azazel (Diego Soler) y ayudado por Lilith, el maligno tienta con éxito a un senil Fausto (Charley Rappaport) que todo lo desea, menos la muerte.

El pacto de sangre tiene lugar, y el rejuvenecido Fausto enamora a una joven creyente, Gretchen (Maia Barrio), que pierde su virginidad, más tarde su juicio, y finalmente su salvación. Un coro de súcubos (Evgenia Lisina, Ariadna Alegre y Ana Emanuel) ayuda a avanzar la acción; sus cantos de sirena enmarcan los profundos diálogos entre los protagonistas. Los números musicales, mérito de Ale Dolina y de los intérpretes en escena, complementan satisfactoriamente los temas que trata la obra. Los artistas se destacan con los números musicales y brillan sobre el escenario, pese a las oscuridades de la Walpurgisnacht y del Sheol. Viviana Aubele

Miércoles a las 21
Ítaca Complejo Teatral
Humahuaca 4027 – Cap.
(011) 7549-3926
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