CONVIRTIÉNDOTE EN UN REFUGIADO CLIMÁTICO

Surge una cultura del planeta en peligro

Antes, hablar del tiempo era banal. Hasta que fue ganando terreno en los discursos de los ambientalistas, en los títulos de las noticias y finalmente golpeó las puertas de nuestra casa. El cambio climático es un desorden generalizado de los patrones estacionales que han regido durante miles de años al planeta Tierra. Su impacto y consecuencias afectarán a toda la población mundial, y es tal la injerencia sobre nuestra especie que las Naciones Unidas crearon el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), que se encarga de presentar un reporte sobre los alcances del fenómeno –generado por las actividades humanas-, medir sus riesgos sobre el medioambiente y la economía, y presentar opciones para adaptarse o mitigar sus efectos. El último reporte fue presentado en estos días, en Japón, y sus declaraciones son contundentes: el cambio climático está ocurriendo ahora y será abrumador para la vida, la supervivencia y los frágiles ecosistemas que de ella dependen. ¿Qué es un refugiado climático? ¿Qué hace la artista plástica Zaria Forman?

¿Cuál es la parte que nos corresponde, como humildes mortales, en el llamado urgente a tomar este toro por las astas? En las grandes crisis y debacles que afectan directamente a las personas en su inequívoco anhelo de vivir, se reformulan muchas ecuaciones y se buscan soluciones desde lo básico y en profundidad. Ha surgido una cultura del destierro del paraíso climático, pero sobre todo hay una tendencia a reconsiderar nuestra pertenencia a un planeta íntegro,  al que se está devastando y contaminando al extremo. 

Sirven al propósito de esta toma de conciencia las imágenes recibidas desde la Estación Internacional Espacial, cada vez que podemos palpitar la formación y el desplazamiento de un huracán desde la estratósfera. Sirven las peticiones de las organizaciones no gubernamentales que presionan a los actores del ultraje a los recursos naturales para que se detengan ahora. Sirve el Papa argentino reivindicando los preceptos franciscanos de hermandad con todo lo que está vivo, y sirven los artistas que abrazan el mensaje que conecte a la humanidad con una verdad que valga la pena.

En todo el mundo –es evidente en las redes sociales- la gente común ha salido a expresar cuánto le interesa el planeta, la vida, la paz. Y esa corriente es tomada por muchos creadores para documentar la esperanza. El agua y el deshielo de los glaciares –justamente dos ítems cruciales en el reporte del IPCC- ha sido el tema tomado por Zaria Forman, pintora nacida en Brooklyn. En sus trabajos, unos inmensos dibujos hiperrealistas realizados en pastel, documentó los icebergs de Groenlandia.  A través de ellos, ayuda a crear conciencia sobre lo evanescente de nuestra naturaleza y el patrimonio que estamos a punto de perder para siempre. El impacto de una belleza arrolladora, distante y frágil nos recuerda que hemos olvidado respetar la fuente que sustenta la vida en todas partes.

Al igual que muchos artistas que alinean su trabajo con un mensaje sobre nuestra responsabilidad como especie inteligente, debemos encontrar las semillas que nos ayuden a trascender este desafío, y poner los pies en la tierra, sabiendo que se trata de una superficie extremadamente vulnerable. Silvia Bonetti

El término refugiado climático en Wikipedia
Refugiado climático o migrante climático
Sitio Web de Zaria Forman

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