PÁJARO NEGRO, dos mundos

Primer álbum del ensamble Kalo Chiriklo

Pájaro negro – Ensamble Kalo ChirikloAline Miklos (letra, composición, voz y percusión), Kostas Zigkeridis (composición, acordeón y dirección musical), Juan Bayón (contrabajo), Juan Olivera (composición, trompeta y flauta), Agustín Raubian (percusión)

Una de las muchas etnias que pueblan nuestro país es la de los romaníes, comúnmente llamados “gitanos”, aunque se considera al primer vocablo como el políticamente correcto. Los  orígenes del pueblo romaní se remontan al pasado Una de las hipótesis más firmes es que sus ancestros provenían de la India. De hecho, vínculos genéticos y lingüísticos dan crédito a esa hipótesis. La diáspora del pueblo romaní es en mayor o menor medida equiparable a la del pueblo judío o la del pueblo armenio, con quienes comparten el hecho de haber sido perseguidos por los nazis o por los turcos.

Musicalmente, el oído atento no deja de sorprenderse por las aparentes similitudes en las melodías que estas comunidades nos han legado. La dispersión del pueblo romaní ha abarcado extensiones muy diversas. Hay romaníes prácticamente en todo el mundo, y sus costumbres perduran con un envidiable celo. En nuestro país se estima que hay unas 300 mil personas de ese origen. Entre los nacidos en Argentina, Sandro es uno de los descendientes de romaníes más famoso (por parte de su abuelo) y el apodo de “el Gitano” hace honor a su ascendencia.

Aline Miklos nació en Brasil, difunde la cultura del pueblo romaní y es activista por los derechos de ese pueblo. Hoy radicada en la Argentina, es la directora del ensamble Kalo Chiriklo (“pájaro negro”). Justamente este es el nombre que lleva el primer trabajo discográfico del ensamble, conformado por músicos de uno y de otro mundo. Este trabajo recupera la herencia musical del pueblo romaní con tres canciones tradicionales (Ramajana, Lumai y Samudaripen) y cinco de autoría propia del ensamble (Fantasía, Maldición, Salto del gitano, Vanushka y Santo clavo). El producto es una interesante mezcla, sabiamente equilibrada, de tradiciones romaníes y elementos del folklore gadje (“no romaní”).

Hay temas que presentan acordes melancólicos con irrupciones de júbilo muy logradas gracias al acordeón y la trompeta, como el caso de Ramayana, Fantasía y Lumai. En otros, la percusión alterna con mucha precisión los ritmos de Europa oriental con los elementos brasileños, que recuerdan a la bossa nova o al forró, como en Maldición. Aires y guitarra flamencos se sienten en Salto del gitano. En Santo Clavo, percusión y vientos se acoplan con pandereta para un magnífico efecto de martillos.

Finalmente, Samudaripen nos trae una cuestión de la que se habla poco y de la que el 2 de agosto se cumple un nuevo aniversario: el del «porajmos» u holocausto gitano. Fue una tragedia que se llevó las vidas de medio millón de romaníes durante la Segunda Guerra Mundial. Parte de la letra de este triste canto se refleja en el nombre de la banda y del álbum, Kalo Chiriklo. Se trata de una canción que habría concebido una romaní cautiva en Auschwitz, donde ella le pide a un pájaro negro (“kalo chiriklo” en lengua romaní) que le avise a sus familiares que ella regresará a casa.

Kalo chiriklo es un valioso trabajo de dos mundos unidos por aquello que es capaz de tender puentes más allá de toda diferencia, incluso las idiomáticas. La música nos acerca a culturas distantes en tiempo y espacio, nos reconcilia con la vida y devuelve la humanidad a entidades que en el colectivo imaginario quedan relegados a meros signos. Detrás de cada canción, de cada acorde, hay seres humanos, invisibles para ese colectivo imaginario, preciosos a los ojos de Dios, y que nos dejan un riquísimo tesoro cultural. Viviana Aubele

Ramajana

Escuchar álbum completo en Spotify
kalochiriklo.org
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