En una misma semana tuvieron lugar dos hechos, vinculados ambos a la danza y el arte del movimiento. Cualquiera de ellos podría parecer insignificante tanto como de notable relevancia, según la mirada de quien lo juzgue. Uno fue un flashmob, como se llama a las intervenciones urbanas que toman por sorpresa a quienes transitan por un espacio público, que tuvo lugar en la terminal ferroviaria de Once. Allí, un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de las Artes (UNA) bailó una coreografía sobre Fanático, la canción de Lali Espósito, como un creativo modo de reclamar ante el drástico recorte que el gobierno nacional realiza sobre la educación pública universitaria. La intervención se viralizó rápidamente en las redes sociales y recibió miles de comentarios de adhesión, aunque no faltaron otros de intolerancia.
El segundo hecho fue una nueva edición de los talleres coreográficos del Teatro Colón, una excelente iniciativa que ya tiene cuatro décadas de tradición, a través de la cual los integrantes del Ballet Estable interesados en la composición pueden concebir sus propias obras y presentarlas en un programa conjunto en el escenario del propio teatro. Una de las características más notables de estos talleres es que se realizan con entrada libre y gratuita, lo que deriva en un doble beneficio: se trata de un espacio formativo para los artistas, que pueden desarrollar sus inquietudes, y también para el público, que se acerca por curiosidad incluso sin ser parte del núcleo de los espectadores especializados. Un jurado integrado, entre otros, por la colaboradora de este Portal Patricia Casañas, seleccionará en esta ocasión una obra que volverá a ser representada por la compañía el año que viene.
En el programa ofrecido en el Taller Coreográfico 2024 hubo una notable variedad de estilos. Desde el ballet clásico, con Serenata nocturna, coreografiada por Emanuel Abruzzo, sobre números de la Serenata para cuerdas Op. 22 de Antonin Dvořák, interpretada al piano por Leo Petroni, a la danza contemporánea, pasando por una notable deconstrucción tanguística con Transformaciones de Naranjo en flor, de Martín Vedia. Aquí destaco un excelente trabajo musical de Fabián Máximo sobre el original de los hermanos Expósito, con Iván Rutkauskas en el piano y la pareja integrada por María Paz López Orozco y Martín Foronda en la interpretación.
Entre lo que más nos gustó, además de lo ya nombrado, se contó Ucrónico, coreografía de Luciana Barrirero sobre música original de Germán Rudmisky, con dirección de Luz Rocco, que tuvo la particularidad de contar con el apoyo de un ensamble de cámara en vivo integrado por violín, violoncello, clarinete y timbal, más la impresionante voz del bajo Iván García. También destacamos El mensaje, de Maricel De Mitri, sobre el segundo movimiento del Concierto Nº 1 para piano, cuerdas y trompeta de Dmitri Shostakovich, que con la sola incorporación de un elemento rupturista como un smartphone logra resignificar por completo un bello unipersonal que estuvo a cargo de Caterina Stutz.
El resto del Taller Coreográfico 2024 estuvo integrado por Synkrono, un muy atractivo duetto de corte andrógino interpretado por Ariana Sofía Chicco y Vicente Manzoni, con coreografía y música de estilo electrónico de Jiva Velázquez, quien también aportó la música de Osvaldo, otro duetto, en este caso de Facundo Luqui, con Camila Bocca y David Juárez como protagonistas. Finalmente, El ensayo, de Emiliano Falcone, propuso una particular muestra de danza teatro a través de un oscuro relato de violencia de género, culpa y apariciones espectrales, sobre un mosaico musical integrado por piezas de Fabián Máximo, Cecilia Pereyra, Tomás Bordalejo, Jiva Velázquez y Santiago Santero. Un excelente trabajo de iluminación, realizado por Sebastián Viola y Rubén Conde, fue crucial durante todo el programa.
El ensayo general del Taller Coreográfico 2024 fue abierto a estudiantes de escuelas de danza de la ciudad, y también fueron invitados estudiantes de la Escuela Superior de Enseñanza Artística “Manuel Belgrano”, quienes realizaron dibujos y bocetos desde los palcos bajos, inspirándose en el desarrollo de las obras.
¿En que se relacionan los dos hechos vinculados a la danza qué traemos a esta nota? El nexo tiene que ver con algunos de los comentarios que rechazaron la acción coreográfica realizada por los estudiantes de la UNA. Algunos incluso con un pernicioso y gratuito grado de violencia. Hubo quienes apuntaron, por caso, a la pretendida inutilidad de dedicarse al estudio de una disciplina artística como la danza. Tanto los creadores y los intérpretes de los talleres coreográficos como los estudiantes de la Universidad Nacional de las Artes demuestran que no es así. Puede haber quien carezca de la sensibilidad necesaria para apreciar el arte, del mismo modo que hay quienes carecen de la lucidez suficiente para apreciar el valor de las ciencias. Pero el arte tiene un valor y todos los artistas que participaron de los dos hechos reseñados coincidieron en una alegría y un orgullo que merece nuestro más decidido aplauso. Germán A. Serain
Fue el 25 de octubre de 2024
Teatro Colón
Libertad 621 – Cap.
(011) 4378-7100
Sitio Web Teatro Colón
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