Ricardo III – Actúan: Mario Moscoso, Mariángeles Alfonso, Cristian Ottonello, Carlos Gabriel López, Carolina Ghio, Cora Barengo, Adrián Herrera, Gustavo López, Ernesto Falcke – Adaptación, Dramaturgia y Dirección: Mario Moscoso
“El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe de manera absoluta”. La frase se le atribuye a Lord Acton, político e historiador inglés, y no termina allí: “Los grandes hombres son casi siempre hombres malos”. Parece una verdad de Perogrullo, pero Lord Acton tuvo la claridad de mente para plasmar algo que todos, en mayor o menor medida, conocemos. Como seguramente lo sabría —o lo intuiría— William Shakespeare cuando concibió Ricardo III, un drama histórico en el que salen a la luz los peores pecados que pueden imaginarse de un ser humano.
Ricardo de York, el último de los Plantagenet y el último monarca inglés en morir en combate, parece tener más de un rostro. Uno puede mirarse a través del prisma de los hechos históricos; otro, por la pluma de los hombres de letras; y otro, por la labor de personas interesadas en reivindicar y limpiar su imagen, como la Richard III Society de Liverpool. Como sea, Shakespeare eligió a Ricardo como canal para poner de manifiesto los vicios más bajos del hombre en aras de poseerlo todo.
Con un papel exigido por la longitud de las líneas y por tener que representar las deformidades físicas que tradicionalmente se le atribuyen al enigmático monarca, Mario Moscoso se lleva las palmas en el rol protagónico de una nueva versión de Ricardo III, una de las primeras piezas teatrales de Shakespeare. El intérprete puede pasar del maquiavelismo más abyecto a la más melosa compasión e incluso a chispazos de sardónica comicidad sin ningún problema y desplazándose por el escenario pese a la contrahechura del personaje.
Además de su estupendo desempeño actoral, Moscoso estuvo a cargo de la traducción del texto y acercó un tema y un lenguaje de fines de siglo XVI a nuestros oídos de siglo XXI. Si bien se recurre al voseo, no es algo que resulte disonante ni fuera de lugar; y es de destacar la manera cómoda en que el texto fluye en toda la obra.
Mariángeles Alfonso lleva sobre sí los personajes de la atribulada viuda del asesinado rey Eduardo y de la manipulable Duquesa de York, madre del maquiavélico Ricardo, lo cual hace con gran lucimiento de su parte, al igual que Cora Barengo como la implacable Reina Margarita que acosa sin piedad a Ricardo y a quienes están -aunque sea temporariamente- de su lado. El momento de los fantasmas de los asesinados acechando a Ricardo mientras duerme es uno de los segmentos más logrados y electrizantes de la obra.
Como manifestó Mario Moscoso en el momento del saludo del elenco y los agradecimientos: “Shakespeare da hambre”. Razón no le falta: seguramente el espectador, luego de dos horas de función, se verá tentado a buscar refrigerio para el estómago, pero también saldrá del teatro satisfecho de haber visto una magnífica puesta con excelentes actuaciones, y a la vez con hambre de Shakespeare. Viviana Aubele
Sábados a las 20
Teatro Del Arte Facto
Sarandí 760 – Cap.
(11) 5956-5022
ricardodeyork@gmail.com
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