Relatos de amor y locura – Actúan: Patricio Abadi, Salome Boustani, Mr Grrr, Hernán Melazzi, Ailin Moro, Natalia Santiago – Vestuario: Ariel Gigena – Escenografía: Demián Ledesma Becerra – Iluminación: Ricardo Sica – Música: Lucas Chevasco – Dramaturgia y Dirección: Patricio Abadi
El punto más fuerte y atrayente de Relatos de amor y locura, la última creación de Patricio Abadi, es el humor absurdo y/o surrealista, es el punto fuerte y atrayente de su última creación. Con su dinámica dirección, sus propios textos arman un show rozando el stand-up, donde se mezclan situaciones cotidianas, disparatadas y hasta morbosas que provocan la carcajada de la platea.
La puesta en escena es sobria, a la vez que sensual y sólida. Un par de sillas y un cuadrilátero delimitado en el suelo permiten que cada intérprete, sin transiciones ni explicaciones, se explaye y cuente momentos de su vida. Los monólogos, mezclados con algunas canciones populares, giran en torno de las relaciones sexuales, tóxicas, pasajeras o inestables. Aparecen los swingers, el poliamor, la manipulación y el narcisismo. Pero no se desdeñan temas más jugados como el abuso sexual o la necrofilia.
Sobre la mitad de estos Relatos de amor y locura, la platea se entera de que los presentes forman un grupo moderno de terapia, el Container Club. Y serán testigos del cambio de líder o cabeza de grupo, un puesto que no siempre termina en un profesional. Todas las anécdotas son narradas desde el humor negro o ingenuo, y están plenas de vitalidad. El elenco elegido es otro acierto de Abadi, todos gozan de gran gestualidad y desfachatez, lo que provoca risas desde el comienzo de cada fragmento.
Natalia Santiago da vida con mucha destreza y total naturalidad a una joven fuerte e inquietante, que recién sale de una relación compleja. Salomé Boustani es verdaderamente sólida y de suma comicidad en su papel de víctima de un amante «ghosting». Hernán Melazzi, muy divertido y de verborragia desvergonzada, narra su última relación heterosexual y confiesa su camino a la homosexualidad. Ailin Moro expone muy bien su lado tierno. Y Patricio Abadi construye un personaje desbordante con un punto freak, que sorprende de principio a fin.
En resumen, un espectáculo lúdico y estimulante sostenido por el trabajo de los actores, con una figura invitada cada noche a sumarse al equipo. Muy entretenido. Cristian A. Domínguez
Se dio hasta 27 nov. 2021
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