Hay artistas que ya se ubican más allá de cualquier posible crítica. Son artistas que han sido encumbrados por su público casi a la altura de una leyenda. Nacida en Esplanada un 26 de febrero de 1944, integrante de La Fusa en la década de 1970, compañera de escenario y aventuras de Vinicius de Moraes y de Toquinho, Maria Creuza se ubica sin lugar a dudas dentro de esa esfera de artistas.
La intérprete bahiana pasó una vez más por Buenos Aires, como parte de una nueva gira por nuestro país, con un espectáculo que, bajo el título “Maria Creuza le canta a Vinicius” incluye muchos de los grandes obras del gran poeta y compositor brasileño, ya clásicos dentro del repertorio habitual de la cantante. Así, por ejemplo, uno ya esperaba escuchar Garota de Ipanema, A felicidade, Chega de saudade, Tarde em Itapoã, Vocé abusou, Corcovado, Samba em prelúdio, Meu bem querer, entre tantas más.
Acompañada como sucede habitualmente por su esposo, Víctor Díaz Vélez, en los teclados, más Facundo Ciminelli en bajo eléctrico y Esteban Rotunno en la batería, también se sumaron un par de invitados, entre los que se destacaron Pajarito Zaguri en bajo y Derick Santos en guitarra. Y ciertamente fue una fiesta, pero que no estuvo exenta de problemas. Por empezar, el sonido brindado por el Auditorio de Belgrano dejó que desear y fue bastante deslucido ya desde el inicio.
Además Creuza evidenció con una insistente carraspera alguna molestia en la voz. El tono general de la presentación fue el de una despreocupada reunión de amigos, en la cual los presentes se ponen a cantar y a tocar sin demasiadas pretensiones de preciosismo ni arreglos demasiado elaborados, más que el de un concierto preparado en todos sus detalles, que es lo que el público podría con todo derecho llegar a esperar.
Por supuesto, tratándose de María Creuza la magia siempre está asegurada. Ya lo hemos señalado al comienzo: ciertos artistas, con su sola presencia, garantizan la satisfacción de sus seguidores y se posicionan más allá de cualquier crítica posible. Empero, si deseamos eludir una inútil obsecuencia, tenemos que decirlo: sí, la magia estuvo, pero no del modo en que nos hubiese gustado, ni en el grado al cual María Creuza nos ha acostumbrado. Germán A. Serain
Fue el 29 de septiembre de 2018
Auditorio de Belgrano
Virrey Loreto 2348 – Cap.
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