MARCELO SASSO, sombras y lluvia

Mientras se prepara para su show en Circe, el músico nos revela los secretos de su arte

Antes de presentar su nuevo disco Shadows and Rain, el músico Marcelo Sasso dialogó sobre su trayectoria y motivaciones. Es un disco doble: uno más del pop y el otro más del rock. Con influencias de la música británica y de incontables músicos. Sasso es graduado en filosofía; aunque sus letras no presentan pensamientos filosóficos, sí nos pueden llevar a la reflexión. Por una serie de fobias que sufre, Marcelo Sasso no había mostrado nada en público de su producción musical antes. Con la crisis de los cuarenta le llegó el momento para animarse. Y la verdad es que este doble disco no defrauda. Las composiciones son preciosas y las letras casi hipnóticas. Hay canciones con melodías pegadizas. Se nota el trabajo detrás de este logrado álbum fue parte de la Selección del mes de  Abril de Club del Disco.

¿Cómo describirías esto del estilo pop-rock en tu disco?
En principio lo entiendo por comparación o contraste con los dos primeros discos: Perlas Abruptas (2017), que podría etiquetarse como un disco “de jazz”, y Vitraux (2019), que puede entenderse como “de fusión” con ritmos latinoamericanos. Aunque cuando pienso en estilos o en géneros en relación a mis composiciones, una idea que me viene a la mente es la de “confusión”. Ambos podrían ser discos de “jazz con-fusión” por ejemplo. No porque sean un caos, cosa que no me interesa (salvo que sea un caos ordenado) sino porque me gusta mezclar.

En ese sentido, para este disco de pop-rock que es Shadows & Rain, un “faro” que les propuse como referencia a los músicos del Grupo fue La conferencia secreta del Toto´s Bar de Los Shakers, aquella banda uruguaya formada por músicos de formación jazzera que grabó discos del nivel de Los Beatles “al mismo tiempo” que los propios Beatles. En un sentido más tradicional, el estilo pop-rock está dado porque se siguen características típicas del estilo: ritmos más directos, tempos más metronómicos, mayor presencia de las guitarras, casi todas las canciones con letra.

El primero de los discos es más rockero y el segundo más popero, ¿cómo armaste esta combinación?
A diferencia de los 3 discos anteriores (el tercero, que aún no mencioné, es Cruces, de 2020), en Shadows & Rain la función de productor no la ejercí yo sino los músicos que me acompañan felizmente desde que me decidí a grabar discos y tocarlos en vivo. Así, Guido Cefaly (además de tocar la guitarra) produjo los 8 temas de Shadows & Rain (tapa negra), y Rodrigo Genni y Martín Nastri (además de tocar batería y bajo respectivamente) produjeron los 8 temas de Shadows & Rain (tapa blanca). Y cada producción tuvo la impronta de sus productores (al menos, la que yo imaginaba que podían darle).

A Guido le asigné temas que yo percibía como más “crudos”, más rockeros. De hecho la mitad de ellos (U are the sunshine, Bad Deal, The pain in my heart, Three flowers) fueron compuestos no con mi instrumento principal (el piano), sino con la guitarra, que toco en forma más primitiva que el piano. Para decirlo de un modo algo brutal: son temas con menos acordes y armonías más sencillas. Desde ya que tener menos/más acordes que sean más sencillos/complejos no significa que alguno de los elementos del par sea mejor que otro, sino que sólo sugieren un sesgo de producción. A Rodrigo y Martín les pasé temas que pedían (en mi imaginación, reitero) un tratamiento más “frío” que rockero. De nuevo, eso si aceptamos esas dicotomías rock/calor, pop/frío, que sólo sirven si resultan productivas, claro. Y creo que gracias a los muchachos de la banda lo fueron.

¿Tiene algo del rock and pop británico?
Me lo dijeron más de una vez. En verdad, de rock británico sólo tengo mi amor infinito por Los Beatles. No soy un conocedor profundo de nada posterior a ellos. Sí tengo una preferencia por cierta musicalidad británica en el idioma, por el famoso carácter flemático. Justo ahora estoy releyendo La vuelta al mundo en 80 días y siempre me resulta agradable y envidiable ese estereotipo del carácter de Phileas Fogg (o de Sherlock Holmes y tantos otros) un poco opuesto a nuestra sangre italiana, que tampoco es que me desagrada, desde ya. Para describir cada disco podrá sintetizar: Shadows & Rain (tapa negra): rock, menos acordes (y sencillos), composición desde la guitarra, calor, inglés norteamericano; Shadows & Rain (tapa blanca): pop, más acordes (y un poco más complejos), composición desde el piano, frío, inglés británico. Por supuesto son series arbitrarias que sólo sirven si funcionan productivamente, como decía.

¿Tu música tiene alguna filiación con aquella de las generaciones del 80/90?
Del 80 seguro. Nací en 1970. De niño lo que sonaba en la radio o el tocadiscos era lógicamente las músicas de mis padres. De mi mamá, los artistas pop en su variante “romántica” y “comercial”: Julio Iglesias, Camilo Sesto, Franco Simone, etc. De mi papá, el tango, algo de folclore: recuerdo Herencia pa´ un hijo gaucho, de Larralde, que estaba bueno pero aburría un poco a mi mamá, recuerdo lo llamativo de ver que el disco no tenía el surco que delimitaba un tema de otro ya que era un larguísimo poema (estoy diciendo algo de memoria que tal vez no sea del todo exacto).

Cuando empecé a tomar mis propias decisiones en cuanto a qué escuchar, fue -como era habitual con los pibes de la época- rock. En particular rock nacional, rock argentino. Siempre siento que cualquier cosa que hago es rock argentino: si hago jazz, hago rock argentino (porque pienso por ejemplo en Un hada, un cisne de García), si hago folclore, hago rock argentino (porque pienso en Barro tal vez de Spinetta), si hago tango, hago rock argentino (pienso en Giros de Páez). El chiste obvio es que “hago rock argentino incluso cuando hago rock argentino”. Ese monotema excede a la música incluso: cuando leo a Borges, hago rock argentino, creo. En cuanto a la música de los 90, soy muy lento para asimilar “novedades”. O tal vez considero que todo es contemporáneo en el arte: como si cada obra fuera desde siempre y para siempre.

¿Cuáles son los temas que inspiran tus composiciones?
En cuanto a las letras, curiosamente lo primero que se me ocurre es cuáles son los que no las inspiran. Pienso en temas sociales, políticos. No porque no me interesen (al contrario, me interesan y preocupan muchísimo),sino porque no me salen. Más precisamente, no es que lo intento y no lo logro, sino que no logro intentarlo. Pero me encantaría intentar (y lograr) una canción como las de Silvio Rodríguez. Si tomo mi tercer disco (Cruces), que tiene 10 letras en castellano, veo que hay una variedad de temas, que coinciden en algún sesgo pesimista o en tomar hechos de la realidad pero aludidos en forma ambigua, tangencial. Los pánicos, los encierros, la tristeza que generan los medios, el sacrificio de animales para comerlos.

Algo que veo que aparece seguido son referencias a mi educación católica. No lo hago adrede, aparece. Claro, es notable que durante 7 años una persona escuche todos los días la historia de un Dios inmaterial que se hace hombre y da su vida en la cruz para salvar a la humanidad. Pudo haber sido así, no lo rechazo. Sólo digo que no hay ninguna historia (real o ficticia) que haya escuchado más veces que esa. Después hay elementos que me aparecen poéticamente en forma natural: como el mar (del mismo modo natural, no me aparece tanto el río) o el tiempo (la espera, la demora, la muerte).

¿Se diría que son canciones donde se ponen de relieve las emociones?
No me disgusta lo cursi pero trato de evitarlo, así que me parece que las emociones están pero no en relieve, sino un poco escondidas. Pienso en Agua de mar, una canción del disco Vitraux, que habla de un suicidio. La música de esa letra es una bossa nova un tanto liviana, con una letra que no es directa, que arranca con su protagonista diciendo que está “sentado a la orilla de algún mar” para en el estribillo aclarar que “sólo agua de mar me dan de beber en la bruma”. A la vez es un tema delicado, y en lo posible trato de no herir. Aunque no sé si es posible vivir sin herir. Para decirlo con unas cursis e inmejorables palabras de los hermanos Expósito: “nadie vivió sin matar, sin cortar una flor, perfumarse y seguir”.

¿Cómo se combina tu carrera en la filosofía con tu carrera como músico?
No se combinan en forma directa. Por ejemplo, no hago “canciones filosóficas”, si bien Dios, la muerte, el azar, el sinsentido, el mal, sobrevuelan todas las canciones (incluso las instrumentales). También desde un punto de vista cronológico diría que no se combinaron, ya que de algún modo cerré esa carrera con un libro sobre filosofía (sobre filosofía y Borges: Borges en clave de Elea) que salió en 2015. Y recién una vez que eso sucedió convoqué a un grupo de músicos que adoro (Martín Nastri, Rodrigo Genni, Pilar Icazuriaga, Guido Cefaly, Arístides Prando) para grabar nuestro primer disco (aunque retomando aquello de que “cuando leo a Borges, hago rock argentino”, podría decir que “mi libro es mi primer disco”).

En otro sentido, sí se relacionan ambas disciplinas, al menos en lo que respecta al intento de encararlas con la mayor precisión posible, teniendo cuidado de “no inventar la pólvora”. A esta altura quiero aclarar que no soy tan pesimista como parece. Soy bastante feliz. Creo que con la cantidad y belleza de los discos, libros y películas que tenemos a nuestro alcance es difícil no serlo.

¿Cuáles han sido los estudios musicales que más te han influido?
De cada profesor me queda una buena influencia. Desde la primera profesora de piano del barrio de Villa Crespo a fines de los 80, pasando por Guillermo Lagos, Pablo Saclis y otros queridos maestros, hasta la Escuela de Música Contemporánea donde pude formalizar del 2011 al 2016 la información que tenía dispersa (menciono a los imprescindibles Juan “Pollo” Raffo y Teo Cromberg porque no puedo mencionar a todos los profesores a quienes les agradezco). Ese fue el paso previo que me impuse antes de grabar los discos. Literalmente, hasta no tener un papel firmado por alguna autoridad en la materia que certificara que sabía cómo se llamaban los acordes, etcétera, sentía que no tenía derecho a grabar ni tocar nada. No es la actitud que recomiendo, es sólo la que yo tomé.

¿Cómo elegiste a músicos y cantantes de este disco?
Hubo 2 criterios sugeridos cada uno por cada productor. Para Shadows & Rain (tapa negra), Guido Cefaly me propuso (tal vez sabiendo de mi carácter de fan del disco Papá de Lucas Martí, tal vez no) la idea de tocar con músicos y cantantes distintos en cada tema. En https://marcelosasso.bandcamp.com están mencionados cada uno de ellos. Para Shadows & Rain (tapa blanca), la formación fue la habitual, con la feliz incorporación de Nicolás “Mú” Sánchez en guitarras. Gradualmente espero incorporar a estos nuevos amigos musicales a las actuaciones. De hecho, Nicolás “Mú” Sánchez, Franco “Pato” Antognini y Luana Lotierzo ya están tocando en vivo algunas canciones.

¿Cuáles son los referentes musicales que te inspiran a la hora de componer?
Nunca conocí una clase de amor que sea tan clara, constante, y que nunca me defraude, como la que siento por Charly García. Así que García es obviamente una referencia. La lista completa sería agotadora, pero empieza con Charly García, y sigue con Los Beatles, Monk, Buarque, Masliah, Piazzolla, Bach, Walsh, Fandermole, Rodríguez, Manzanero, Beethoven, Jobim, Leguizamón, Debussy, Spinetta, Páez, Gershwin, Gismonti, Ravel, Gardel, Troilo, Pappo, Metheny, y siguen las firmas. Desde ya son todos referentes, desde ya no llego a acercarme a ninguno.

Empezaste a mostrar tu producción musical a los cuarenta años, ¿por qué?
No haberla mostrado (salvo a unas pocas personas) antes no fue tanto una decisión como una situación que se dio a partir de un dato de mi personalidad: soy bastante fóbico para casi todo. Haberlas mostrado a partir de los 40 supongo que tiene que ver con el lugar común de la“crisis de los 40”. La conjunción de tener muchas canciones por grabar y poco tiempo para hacerlo, resultó en la decisión de activar.

¿En cada disco incursionás en un género distinto? ¿Cuáles han sido tus trabajos anteriores?
En Perlas Abruptas, que sería “de jazz”, hay jazz-waltz, ballad-jazz, dixie-jazz, el disco cierra con lo que yo llamo una “suite monkeana”. Vitraux tiene malambo, zamba, candombe, litoraleña, samba, bossa, pero también jazz-rock, jazz modal, blues. A Cruces lo considero de rock argentino. Y Shadows & Rain es pop-rock en inglés. Me parece que en el disco que viene repetiremos género: será de jazz.

¿Qué tenés preparado para el show en Circe?
16 temas divididos en tres momentos: 1) temas instrumentales de los 2 primeros discos, 2) temas de Cruces, 3) una selección de Shadows & Rain.

2022. Shadows & Rain, disco 2, tema 2 - If the rain - Marcelo Sasso & Pilar Icazuriaga

Viernes 18 de agosto a las 20
Circe Fábrica de Arte
Gral. Manuel A. Rodríguez 1559 – Cap.

Sitio Web Circe

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