ORÁCULO, el debut discográfico de Juan Ignacio Sueyro

Entrevista exclusiva al compositor: “Mi gran sostén durante la cuarentena fue la música”

La necesidad de trabajar en equipo, la dificultad de producir música debido a los costos, y el proceso de composición son algunos temas de esta entrevista. “Nunca me gustó pensar en los géneros como corsés”, sostiene el músico. Oráculo, presentado recientemente en La Scala de San Telmo es un disco que atrapa con interesantes búsquedas sonoras y letras convocantes.

¿Cómo nace Oráculo?
Oráculo es un disco hijo de la pandemia. En 2020 estaba trabajando en un hotel en Ushuaia como pianista. Al poco tiempo comenzó el confinamiento obligatorio y mi trabajo cesó. Por fortuna, hice buenas relaciones con el dueño del hotel, que muy generosamente me ofreció el espacio y los pianos Steinway para empezar a trabajar en grabaciones y producciones, que luego dieron lugar a Oráculo

¿El confinamiento te conectó más fuertemente con la música?
Fue mi gran sostén la música en ese momento. Habitando una ciudad nueva, con nueva red social y en un contexto de mucha indefinición en cuanto a los tiempos, la música fue una gran compañía, un lugar en el cual poder proyectar, trabajar y sentirme activo. 
juan ignacio sueyro músico compositor¿Cuál fue tu inspiración para las letras?
Muchas cosas. Diría que oscilan poéticamente entre lo paisajístico, las historias vinculares, lo coyuntural de la época en la que fue compuesto el disco. 

¿Qué géneros conviven en el disco?
Nunca me gustó pensar en los géneros como corsés. Porque sabemos que detrás de ellos, muchas veces existe esa tensión entre tradición e innovación. O también, las taxonomías de qué es representativo de un género y qué no. Sin embargo, debo reconocer que en mi lenguaje musical conviven un montón de fuentes estéticas de las que he hecho uso.  Muchos son géneros de la música popular latinoamericana, como el candombe, la música popular brasileña, el folclore. Y también cohabitan el jazz y la música académica. Y todos ellos, como una gran excusa para explayar a la canción como emergente central. Los géneros o estilos en mi música, son más una necesidad de vehiculizar ideas, que un intento por encolumnarme en una tradición específica. 

¿Qué nos podés decir de los músicos que te han acompañado?
Que sin ellos el disco no sería lo que terminó siendo. Porque tuve la dicha enorme de contar con un montón de amigos y músicos que admiro un montón y que dejaron una huella de talento y musicalidad que agradezco cada vez que escucho el disco. Me acompañaron varios referentes con grandes trayectorias como Ernesto Snajer, Tiki Cantero, Juampi Di Leone, Ramiro Flores, Fer Silva. Y también jóvenes súper talentosos, referentes de una nueva camada de compositores y cantautores, como Eze Burin, Paz Estrach, Joaquín Merino. 

Tocás bajo, guitarra, batería y piano y también cantás… ¿te considerás un músico multifacético?
Más que multifacético, me considero ante todo, un aprendiz constante. No me siento nunca cómodo con “llegar”, en relación a mi proceso de aprendizaje. Lo digo quitando falsas humildades del medio. Entiendo que la música es un océano infinito de posibilidades creativas, de estar en conexión con mi propio aprendizaje como persona. Entonces siento que una postura que me permite crecer junto a la música, implica siempre sostener una cierta humildad, una cierta práctica, un cierto ejercicio cotidiano con ella. Y entender que la música y todo lo humano concerniente a ella (que es muchísimas veces más importante que la música misma) es mucho más inabarcable que mi propia existencia, finita y limitada. 

¿Cómo te lanzaste con esta primera propuesta discográfica? ¿Te costó llegar hasta aquí?
En un plano no me costó, sino que fue una consecuencia decantada de trabajar en varios otros proyectos musicales y acompañar el proceso creativo de otros artistas. En ese momento fui construyendo ciertos criterios productivos que hoy siento que tengo más fluidamente que si hubiese hecho mi primer disco solista a mis 20 años. En otro plano, el realizativo específicamente, podría decir que me cuesta, en tanto a todos los músicos autónomos nos cuesta la realidad socioeconómica de la Argentina. En esencia, no vivimos de nuestra actividad comercialmente para producir discos, comprar instrumentos, pagar a instrumentistas, estudios, ingenieros de mezcla y mastering, etcétera. Pero son apuestas que son muy gratificantes en otro nivel. Porque si bien producimos un patrimonio intangible, es muy lindo saber que la música circula, abre puertas y llega a la gente. 

¿Cómo decidiste los arreglos e instrumentos que incluirías en este disco?
Primero supe que eran canciones que quería que sonaran en formato banda. Una vez que tuve las estructuras de la sección rítmica y armónica (pianos, guitarras, bajos y baterías), todo lo que agregué en términos instrumentales fueron tímbricas que me sonaron para embellecer esas estructuras (vientos, cuerdas, etcétera).

¿Te parece que las letras de las canciones pueden considerarse poéticas? ¿Cómo dialogan con las melodías?
Los procesos creativos están súper imbricados. Por eso están súper unidas las letras respecto de las melodías, desde su primer momento. No hay una cosa sin la otra. Me sucede así, a diferencia de quienes quizá necesitan saber la melodía para luego construir una letra. Respecto de lo poético, creo que hay un lenguaje metafórico funcionando en las letras. Nada está dicho de una manera lisa y llana sino que hay lugar para interpretar y dejar entrar también su subjetividad en la escucha, para darle la lectura que quiera a las canciones. En ningún momento hay algo nombrado de una manera directa, un estribillo tipo “vamos a la playa, a tomar un trago”. Primero, porque no es música para entretener de manera superficial. Y segundo, porque creo que parte del misterio y de la complejidad compositiva es que las músicas dejen entrar, inviten a las personas que escuchan. Más que eso, hablar de forma onanista de mí, de mis historias, de mi subjetividad. Entonces que haya algo de lo metafórico o del lenguaje poético en las letras. Ahora si es o no poesía, va más allá de mi jurisdicción. 

¿Has buscado originalidad e innovación?
No sé si es una búsqueda consciente y dirigida, pero sí traté de ser fiel a mi identidad sonora, a las músicas que me fueron y son influencias.

¿Qué conclusiones sacaste luego del concierto del 23 de junio pasado?
Primero, que la música autoral en vivo es algo muy importante de acompañar y que los lugares que la fomentan son pilares de la cultura autogestiva. Y sobre todo, la posibilidad de mantener una cierta heterogeneidad en la oferta cultural y musical específicamente. Luego, la felicidad de saber que la música del disco, que originalmente grabé yo en muchas capas, sonó mucho mejor en formato banda. Y que quienes me están acompañando en el proyecto, hicieron que todo creciera y mejorase.

¿Tienen pensadas futuras presentaciones o giras?
Quisiera viajar a todos los lugares posibles con esta música y con este grupo. Confío plenamente en la propuesta.

1. LUMINARIAS (JUAN IGNACIO SUEYRO feat. EZEQUIEL BURIN)

Escuchar Oráculo, de Juan Ignacio Sueyro en
Bandcamp – Spotify – YouTube

Sitio Web de Juan Ignacio Sueyro
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