La sombra de una nube – Intérpretes: Lautaro Cianci, Lucas Coliluan, Francisco Cruzans, Celeste Fonseca, Luis Garbossa, Lucia Girardi, Florencia Indomito, Sergio Jardín, Arian Ortellado, Ariel Osiris, Virginia Rossi, Inés Silvestre – Vestuario: Laura Sol Torrecilla – Escenografía: Alejandro Mateo – Iluminación: David Seiras – Música: Juan Barone – Dramaturgia: Pehuén Gutierrez, David Señoran – Dirección: David Señoran
Un grupo de refugiados peregrinan sin esperanza mientras un representante del “discurso del odio” lanza diatribas sobre el peligro de permitir su ingreso a los países desarrollados. Tal el resumen de La sombra de una nube, obra de David Señoran, coreógrafo y creador de la Compañía que lleva su nombre desde hace más de diez años.
Nadie puede desconocer la gravedad de esta temática desgarradora por lo realista, que requiere un tratamiento muy cuidadoso para no caer en el amarillismo. Señoran carga las tintas solo sobre el rechazo de los destinos geográficos que deberían cobijar a este grupo de migrantes, poniendo un opinable acento irónico en el único personaje actuado. Hubiera sido muy interesante también denunciar las causas, el porqué de este fenómeno atroz, un punto generalmente silenciado por miedo o conveniencia.
Es habitual que desde lo formal, David Señoran sostenga y practique la convivencia del movimiento con otras formas de expresión, lo cual es interesante cuando estas últimas le sirven de apoyo o complemento. El lenguaje de la danza, sin embargo, debe autosustentarse, y la inclusión del actor Ariel Osiris explicitando lo obvio se transforma en un dispositivo que compite y resiente ese lenguaje.
Lo mismo puede decirse de los textos declamados por los bailarines, redundantes ante tanta imagen desolada. Entre tanta sobreabundancia, el aspecto coreográfico es el punto fuerte de la obra y los intérpretes son excelentes. Reptando, cayendo, traccionando sus ropajes unos a otros o despojándose de ellos para mostrar su indefensión, sus máscaras logran transmitir la angustia y el horror.
Muy bueno resulta el acompañamiento lumínico, desde la primera escena donde la sombra del bailarín solista, multiplicada por cuatro reflectores por la intimidad de los muros de Aérea Teatro, se transforma en un refugiado más. Porque de sombras se trata esta historia tan real como desgarradora. Patricia Casañas
Domingos a las 20
(hasta el 23/oct/2021)
Aérea Teatro
Bartolomé Mitre 4272 – Cap.
(011) 4983-6980
aereateatro.com
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