Todas las personas son iguales. Y sin embargo hay algunas que son diferentes, en parte por su anatomía, pero asimismo por su talento. Nos tienta señalar que también por su capacidad de resiliencia, que les permite desafiar pronósticos adversos emanados de la sociedad «normalizada». Pero es probable que a la protagonista de esta nota, esta última distinción no le resultara simpática: a Gaelynn Lea Tressler no le interesa ser convertida en un modelo de superación.
«No quiero ser el típico caso del músico inspirador. Ese no es mi punto. Me gusta realmente lo que hago, y lo vivo como arte. No quiero que el mensaje sea solamente sobre que yo soy una discapacitada que aprendió a tocar el violín. Aunque por otra parte reconozco que es bueno que eso también forme parte del mensaje, porque los maestros de música suelen decirle a los niños que no pueden, cuando hay de por medio una discapacidad».
Cuando Gaelynn nació, un 21 de enero de 1984, su destino estuvo marcado por una enfermedad llamada osteogénesis imperfecta, que causa complicaciones en el desarrollo de huesos y extremidades. Sus padres dirigían un teatro amateur, especializado en comedias musicales. Duluth (Minnesota), su ciudad natal, es famosa por sus fríos inviernos, pero también por tener una escena musical particularmente activa. De manera que ella creció en medio de escenarios, siendo tratada siempre de manera que su condición física no fuese vista a priori como un impedimento.
Cuando tenía 10 años, una orquesta actuó en la escuela a la cual asistía. Al regresar a su casa le dijo a su madre que quería tocar el violín. La respuesta, como siempre, fue positiva: «Si realmente quieres hacerlo, estoy segura de que podrás». Su maestra de música, al notar su inclinación, también decidió apoyarla a encontrar su camino en torno del instrumento que la había fascinado. Gaelynn experimentó, hasta que finalmente desarrolló una técnica que implica sostener el arco como un contrabajista, con el cuerpo del instrumento colocado frente a ella como si fuese un violonchelo, sujetándolo con su pie para que no se deslice al tocar.
Su primera pasión fue la música clásica, pero en la universidad descubrió la música folclórica celta. Poco después alguien la animó a experimentar con un pedal de loops, con la idea de que algún día pudiese realizar shows en solitario, sin ningún acompañamiento. Y así lo hizo, porque Lea siempre abrazó la idea de no depender de otras personas.
“Me resisto a que me suban a los escenarios, porque eso envía un mensaje negativo a otras personas: nunca podrás hacerlo por tu cuenta. Los camarines a menudo están en el sótano o en un piso arriba, lugares a los que no puedo llegar. Sería bueno que la gente también pensara en eso. La sociedad no se ha puesto al día. Somos buenos para recordar en nuestras políticas los derechos LGBTQ, de las personas de color y las mujeres, pero todavía dejamos las discapacidades fuera de la conversación».
Las primeras colaboraciones profesionales de Lea incluyeron un dúo de música folk alternativa con Alan Sparhawk que se inició en 2011, y participaciones con Charlie Parr y Billy McLaughlin. Pero la revelación llegó en 2016, cuando ganó el concurso Tiny Desk, organizado por la emisora NPR, con su canción Someday We Will Linger in the Sun. Compitiendo con unos 6000 concursantes, Gaelynn Lea fue por unanimidad la favorita de los seis integrantes del jurado.
Las canciones de Gaelynn Lea encuentran sus raíces en la música clásica tanto como en la música tradicional irlandesa y su poesía. Además de tocar su violín, con el cual obtiene un sonido muy especial, debido a su particular manera de ejecutarlo, también canta, con una voz de mezzosoprano que sorprende por su timbre etéreo. En cierto sentido, la condición de Gaelynn Lea determina que su música suene diferente a cualquier otra. Resulta sencillo imaginar, por ejemplo, que se trata de una música que surge de los duendes propios de la tradición irlandesa.
Además de la música, Lea se especializó en ciencias políticas. Antes de abordar su carrera musical profesionalmente había planeado convertirse en abogada y defensora de los derechos de los discapacitados. Como una declaración de que la discapacidad no es impedimento, en 2014 Lea contrajo matrimonio con Paul Tressler, quien hoy se ha convertido además en su manager. Su tercer álbum, Learning How to Stay, finaliza con una canción que analiza, precisamente, las relaciones a largo plazo en relación a la discapacidad.
«La manera en que las personas hablan acerca de la discapacidad sigue siendo bastante negativa, se plantea como sufrimiento… Obviamente yo desearía tener un cuerpo como el de todo el mundo. Pero también tenemos orgullo en la discapacidad, y nadie debería sentirse mal por tener una discapacidad. No creo que esto se haya entendido todavía, pero es genial estar vivos en este momento, cuando de a poco estamos cambiando estas mentalidades».
Vale la pena ver y escuchar a Gaelynn Lea. El video que compartimos más abajo muestra a una mujer pequeña en una silla de ruedas, tocando un violín que sostiene como un violonchelo. Dos de las cuatro canciones las interpreta ella sola, y en otras dos participa como invitado el guitarrista Alan Sparhawk. Pero este video muestra también muchas otras cosas. Sin embargo, dejaremos que cada lector las descubra por su cuenta, a través de su propia sensibilidad e inteligencia. Germán A. Serain
Gaelynn Lea: NPR Music Tiny Desk Concert
1. Someday We’ll Linger in the Sun
2. Southwind
3. Bird Song
4. Moment of Bliss
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