Candide – Intérpretes: Richard Suart, Rob Houchen, Katie Hall, Charles Rice, Rosemary Ashe, Kitty Whately, Robert Murray – Coro: The Grange Festival Chorus – Orquesta: Bournemouth Symphony Orchestra – Libreto: Richard Wilbur – Música: Leonard Bernstein – Director: Alfonso Casado Trigo
Transmitida por streaming a partir del 5 de junio pasado y disponible hasta el 3 de julio, OperaVision acerca al público la opereta Candide, de Leonard Bernstein, en versión de concierto. Se llevó al escenario en 2018, en el marco de las celebraciones del centésimo aniversario del nacimiento del compositor estadounidense; la música estuvo a cargo de la Bournemouth Symphony Orchestra, dirigida por el español Alfonso Casado Trigo. Las partes corales estuvieron a cargo de The Grange Festival Chorus.
Inspirada en la novela homónima de Voltaire, la opereta exhibe las aventuras y desventuras del ingenuo Candide, su amor por la bella y noble Cunegonde, y su periplo alrededor del globo para poder casarse con su amada. Le pasa de todo: es expulsado del Schloss donde vive por pretender casarse con Cunegonde, que está muy por encima de su humilde condición; debe enfrentar naufragio, cataclismo y auto da fe en Portugal; se reencuentra con Cunegonde y la vuelve a perder; escucha las disquisiciones de su mentor el sabio pero igual de ingenuo doctor Pangloss; con su fiel criado Cacambo visita la próspera tierra de Eldorado y sus despreocupados habitantes; pierde casi todas las riquezas conseguidas en ese inasequible país, estafas mediante; ve la otra cara de la moneda con el pesimista Martin; y logra reencontrarse con Cunegonde. Con menos personajes y sucesos que los contenidos en los treinta capítulos de la novela original, la opereta conserva lo disparatado e irónico que el escritor y filósofo francés.
El barítono británico Richard Stuart llevó triple papel: el de narrador, el del bonachón y optimista doctor Pangloss (que interpeta magníficamente The Best Of All Possible Worlds), y el del pesimista y algo cascarrabias Martin. En estos tres papeles en que ya cuenta con experiencia (en el 2010 participó de la puesta en escena de esta misma opereta en el Hollywood Bowl), Stuart dio contundentes chispazos de un picaresco y a la vez elegante sentido del humor; atributo que le permitió sortear sin ponerse colorado un furcio en plena narración, lo que le valió las risas y el aplauso del público, además de las “insinuaciones” con la sensual Paquette (Kitty Whately, mezzo-soprano que ha lanzado dos álbumes como solista).
La pareja protagónica estuvo a cargo de los también británicos Katie Hall y Rob Houchen, impecables ambos, en especial en el dueto Oh Happy We. También ellos tienen experiencia en musicales: coincidentemente ambos participaron en sendas versiones de Les Miserables—Hall como Cosette, en 2010 y Hauchen, como Marius Pontmercy. Rosemary Ashe se puso en la piel de la Vieja Dama, la infortunada hija ilegítma de un papa que oficia de chaperona de Cunegonde y que cantó un brillante I am easily assimilated. Candide tiene también su chaperón: el fiel Cacambo, interpretado por un estupendo Robert Murray. Maximilian, el estirado hermano de Cunegonde, estuvo a cargo de Charles Rice, barítono anglo-francés formado en la Royal Academy of Music de Londres.
Sobre la opereta en sí, un par de datos de interés. Por un lado, diremos que la obertura es una hermosa composición que a lo largo de los años ha logrado posicionarse entre las piezas orquestales más ejecutadas que hayan sido elaboradas por un compositor estadounidense contemporáneo. Por otra parte, el hecho curioso es que la primera representación, allá por 1956 en Broadway, distó mucho de ser un éxito de taquilla: duró en cartel solo dos meses; y el New York Times fue muy tajante, en especial con el libreto (y por extensión, la libretista, Lillian Hellman) por ser este “demasiado serio”. Bernstein realizó además varias revisiones al libreto hasta llegar a la versión definitiva, la de 1989.
Más allá de todos estos detalles, Candide tiene una interesante dinámica, mucho humor y es una excelente alternativa para reflexionar sobre cómo va el mundo con un toque de comicidad. Viviana Aubele
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