Eternos transeúntes parece interesante en el comienzo, pero la dramaturgia pasada de humor y acciones exageradas se desdibuja notablemente en los momentos en que debería haber misterio. El director Marcelo Silguero cree que el dinamismo es la falta de silencios y esto impacta directamente en el suspenso deseado, generando una pieza más en tono de comedia que el thriller al que se intenta llegar.
Hay otros detalles que también se le han escapado, como la sobrecargada escenografía y un sonido excedido en decibeles que conlleva a la distorsión, distrayendo al espectador de la emoción necesaria para entrar en clima. Sólo la iluminación logra, en ciertos momentos, la intención del autor. Las situaciones de tensión son interrumpidas por gags clásicos o recursos de humor típicamente porteño, que despiertan risas en donde debería reinar auténtico misterio u horror.
Así y todo, el elenco -parejo aunque hiperquinético- lleva bastante bien el hilo de estos Eternos transeúntes. Sobresale Manuela Castel por su histriónico manejo del humor. Cristian A. Domínguez
Se dio hasta fin 2014
Teatro Bambalinas
Av. Corrientes 1743 – Cap.
(011) 4653-7030
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