Actúan: Santiago Scauso, Daniel Surasky, Débora Nishimoto, Franco Antonio de la Puente, Pilar Fridman – Escenografía: Miranda Pauls, Romina Schwarz – Iluminación: Facundo David – Dirección de actores: Guillermina Pico – Dramaturgia y dirección: Pilar Fridman
«Esto es así, pero podría ser de otra manera». No pretende ser un spoiler. Aunque tal vez el lector deba saber que así -con esa frase- finaliza Cyan de Pilar Fridman, ganadora del certamen nacional Óperas Primas 2018, organizado por el Centro Cultural Ricardo Rojas.
Es cierto que la frase en cuestión tal vez resignifica todo lo que ha visto el espectador sobre el escenario hasta ese momento. Sin embargo podríamos haber comenzado de cualquier otra forma. Con la idea de que todos somos actores durante el rato en el cual actuamos, por ejemplo.
Pero hemos escogido esa frase, y no otra. Porque de algún modo ha de ser, y porque sentimos la necesidad de establecer alguna pauta en firme. Y esa sentencia, con la cual termina Cyan y comienza nuestro comentario, es lo que a nuestro entender queda en pie, una vez terminada la función, resonando como un sentido posible. Aunque no necesariamente aclare las cosas.
A los fines prácticos hubiese dado igual que se llamase Magenta, Amarillo o Negro. Pero las cosas son del modo en que son. Y en definitiva es a lo que apunta nuestro comentario, pues lo dicho no parece ser válido para los personajes de esta obra, que parecen resistirse a ser siempre ellos mismos o adoptar una identidad estable.
Hay dos parejas. Dos hermanos que han perdido a sus padres, y un matrimonio con problemas. Vecinos, unos y otros, separados por una pared imaginaria. ¿Tan imaginaria o tan real como ese quinto personaje, llamado Frank, que incluso podría tener cualquier otro nombre? Esta es la pregunta que cuesta resolver.
Los personajes y las situaciones en esta obra son altamente imprecisos. Por momentos se comportan de un modo natural, de a ratos resultan impostados, y a veces se tornan irreales. Las situaciones se inscriben en la misma tónica. No es mucho lo que el público puede llegar a precisar en relación a ellos. Más bien hay un sentido incompleto, que cada espectador deberá resolver lo mejor que pueda.
Esto podrá agradar a algunos, y molestar quizás a otros. Hay quien va al teatro en busca de historias precisas, y otros que agradecen en cambio las simbologías y los sentidos abiertos. Esta obra está dirigida sin lugar a dudas a los segundos, antes que a los primeros.
Más allá de este señalamiento, en Cyan vislumbramos el talento de una joven autora y actriz que promete tener mucho para dar en el campo del teatro. El resto de las actuaciones es correcto, destacándose en particular Daniel Surasky. El dispositivo escenográfico y el trabajo de iluminación cumplen bien su cometido en una sala que plantea el desafío de una gran proximidad con el público. Germán A. Serain
Se dió hasta el 23/11/2018
Centro Cultural Ricardo Rojas
Av. Corrientes 2038 – Cap.
rojas.uba.ar
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