CALLAS EN CONCIERTO, divina fantasía

Interesante propuesta que rescata a la más grande cantante lírica del siglo XX

El clima es expectante por la aparición de la diva. Callas en concierto, presentada por Base Hologram y dirigida por Stephen Wadsworth, nos trae a Maria Callas, la más grande soprano, la célebre cantante lírica del siglo XX de regreso a los escenarios, mediante la tecnología holográfica, que recrea la tercera dimensión en un cuerpo proyectado. La dirección orquestal está a cargo de la talentosa irlandesa Eimear Noone.

¿Cómo se logró? Aparentemente tomaron su voz de antiguas grabaciones del legado de Warner Classics y la remasterizaron. Separaron la voz de la música original, de modo que una orquesta en vivo tomara su lugar, lo que hace todo más creíble. Luego corporizaron su imagen con una “doble de cuerpo” que imita sus movimientos escénicos. En el programa de mano no hay información alguna sobre la tecnología ni sobre la orquesta.

Se inicia el recital con la obertura de Il signor Bruschino, de Rossini. El público aplaude, pues la orquesta «está allí». La directora Eimear Noone saluda, batuta en mano. Entra entonces María Callas quien también saluda, y también es aplaudida. Acá se produce un  desfase –que se repetirá en ocasiones- pues su imagen responde agradecida a esos aplausos que, en realidad, terminan antes. Sus gesticulaciones quedan vanas ante el silencio. Comienza con Romeo y Julieta, de Gounod. Comienza la magia.

Esa lograda fantasía de tener a Maria Callas en concierto, es decir “en vivo”, se desvanece sin embargo cuando entra y sale del escenario. Allí da una imagen fantasmal, como si la corporización fallara. Por otro lado, es una pena que, ubicados en mitad de la platea, no podamos ver su figura entera, pues el enorme proyector recorta sus pies y parte de su largo vestido blanco.

De gran expresividad, ligando sus frases, jugando con su estola colorada, es claro que Maria Callas ha sido rescatada en sus más mínimos detalles, gestos y movimientos de manos. Canta Carmen, de Bizet, y se produce quizás el mejor y más sorprendente momento cuando arroja al aire los naipes, que de repente se detienen, caen lentamente, queda el silencio y se produce el encantamiento. Creí que sería el primero de muchos trucos fascinantes. No, hubo solo dos, si contamos el cierre cuando la directora le da una rosa y ella la toma sonriendo. O quizá cuando se tocan sus manos, en una imagen que parafrasea a La creación de Miguel Ángel.

Mientras se suceden La Gioconda, Hamlet y Macbeth, maravilla con Eben?… ne andró lontana de La Wally, y eclosiona en sus bises con Vissi d’arte y Casta Diva, el público se va haciendo cómplice de la fantasía y le gritan: “¡Bravo… Diva… Ídola… Divina… Volvé…!”. Es evidente que el espectáculo está logrado. Hay emoción, a casi medio siglo de su última presentación.

A esta altura ya nos hemos acostumbrado a unos floreros demasiado iluminados a cada costado del escenario, que quitan protagonismo a la orquesta, casi a oscuras. También nos hemos habituado a unos discos que giran proyectados en el fondo del escenario, efecto altamente distractivo. Y nos hemos resignado a que los espectadores tomen imágenes y filmen con sus celulares, en vez de disfrutar ellos y molestar al resto.

Es claro que Callas en concierto puede mejorar y que los retoques se harán a pasos agigantados, pues así avanza la tecnología en estas épocas. También es claro que hemos revivido una noche con una personalidad irrepetible del canto lírico, como si hubiera estado allí. Me quedé con ganas de  ir a saludarla al camarín. Martin Wullich

CALLAS en concierto, a travu00e9s de Hologram - martinwullich.com

Fue el 20 de marzo de 2019
Teatro Gran Rex
Av. Corrientes 857 – Cap.
(011) 4322-8000
Sitio Web de Eimear Noone
Eimear Noone habla de Callas en concierto

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