Una de gente normal – Actúan: Florencia Carreras, Francisco Donovan, Gabriela Zonis – Iluminación: Gastón Zurzupi – Espacio escénico: Julia Torres – Autor y Director: Agustín León Pruzzo
La canción de la serie Los locos Adams aseguraba que eran una “familia muy normal”. Habrá que ver, según diversos cánones, qué es para cada uno “gente normal” y decidir entonces –siempre subjetivamente, claro- si pertenecemos a esa franja o lindamos con los anormales, los paranormales, los subnormales… o somos definitivamente raros. La historia ideada por el joven Agustín León Pruzzo genera inmediatamente –a partir de su título- una reflexión sobre la normalidad de los personajes que trata.
El encuentro de cumpleaños de un joven –ya independizado en su departamento, en apariencia ganador y canchero, irónico, engreído, rápido y sumamente simpático- con sus dos hermanas, genera una sucesión de idas y vueltas sobre lo que se ve y lo que no se ve, pero habrá de verse, mientras transcurre la reunión. De entrada, la mentada hermandad es y no es, pues son adoptados. Para colmo la madre no los trata muy equitativamente, y queda claro cuando un ansiado mensaje se escucha largamente en el contestador, ante la decisión de no atender. Él se ufana de muchas cosas y esgrime sus razones. Una de las hermanas lo pasa decididamente mal. La otra intenta siempre poner paños fríos para pasarla mejor, por lo menos mientras dure el festejo, antes de volver a cuidar a la esclavizante madre, bautizada por el muchacho como “la orca”. Entre tanto se dicen de todo, lindo y feo, sin ambages, sin filtro.
El texto tiene aristas interesantes y retrata con guiños muy graciosos las particulares inquietudes de una juventud que llama a las cosas por su nombre. El humor es ocurrente, como en el juego de “la” palabra, y también cáustico cuando de marcar distancias se trata. La dirección, precisa en la parte actoral, podría haber ajustado un poco más el tempo teatral, para evitar un pronunciado adagio que opaca algo el atractivo del relato. Sin embargo, el trío actoral se luce.
El crecimiento histriónico de Francisco Donovan en los dos años transcurridos desde Familar, otra obra de Pruzzo, es notable. Su actuación se ha vuelto natural, expresiva y convincente. Es capaz de hacer reír y emocionar con pareja intensidad. El trabajo de Gabriela Zonis es excelente, sobre todo cuando se expresa con sus miradas, su llamativa elocuencia gestual y sus sorprendentes mohínes. Florencia Carreras completa dignamente el elenco en el papel de mayor sufrimiento visible.
La iluminación a pleno y la escenografía armada con básicos elementos que conforman una sencilla vivienda, dan el marco a la historia de estos seres que esperan -como la insólita canción emotivamente entonada- ser redimidos de tanta normalidad. Martin Wullich
Se dio hasta noviembre de 2009
Multiespacio Los Ángeles
Av. Corrientes 1764 – Cap.
www.unadegentenormal.blogspot.com
Agustín León Pruzzo en este Portal
Comentarios