A puerta cerrada – Actúan: Alexis Del Pilar, Florencia Pensel, Ivana Sabatini, Daniel Vint Silveira – Iluminación: Carlos Cetrangolo – Texto: Jean Paul Sartre – Dirección: Jimena Paz Lima
¿Qué pasa con las personas cuando mueren? ¿Hay acaso un alma que prolonga las dichas o las miserias vividas o es sólo el cuerpo condenado a una conciencia infinita donde no hay descanso ni redención? ¿Existe el más allá? ¿Será la continuación de la vida en esta tierra un cielo o un infierno? ¿Y si no hay Dios tendremos que juzgarnos los unos a los otros, siendo el verdugo de quien tenemos enfrente?
Desde una postura existencialista donde el hombre es lo que él mismo hace de su existencia, A puerta cerrada plantea una situación donde tres personajes deberán explicar, dar cuenta de sus acciones durante sus vidas y descubrir por qué han sido confinados a este extraño infierno donde no existen llamaradas de fuego ni elementos de tortura, pero donde deben enfrentarse al peso de sus propios actos.
Hay un mozo o mayordomo que es el encargado de administrar la entrada y salida de esta sofocante habitación. Estelle Rigault es la vanidosa, la que necesita un espejo. Su belleza deja a todos atónitos, seduce tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo hay un elemento muy oscuro de su pasado que en algún momento ella revelará sin mostrar remordimientos. Con una actitud narcisista encontrará en su compañera ese reflejo que estaba buscando. José Garcín, publicista y hombre de letras, es un alma torturada, se atormenta al pensar en sus acciones pasadas, pero no podrá cambiar nada de su historia personal.
Estos personajes son arrastrados a una habitación con una escultura de bronce y un teléfono que paradójicamente no comunica. No tienen nada, ni siquiera un cepillo de dientes. Se ven despojados de toda comodidad y la misteriosa puerta se abre y se cierra aunque nadie encontrará escapatoria porque cada uno está encerrado en su propia mente. Cada uno de ellos le sirve de espejo al otro pero muchas veces la imagen que devuelve no es la deseada. “El infierno son los otros” es esa frase tan citada de Sartre que aparece en este texto.
Estos personajes se tienen solo a sí mismos para enfrentar una eternidad que promete ser tan angustiante como asomarse a un gran abismo. Fuera de esas paredes, no hay nada. No existe la promesa de un mundo mejor. Cada uno debe confiar en su prójimo para no caer al vacío; los recuerdos y las evocaciones nos dan, gradualmente, algunas pistas de lo que han sido las vidas de estos seres particulares. ¿Serán sus presencias en este lugar fruto del azar o de un plan premeditado?
La proyección de las voces es excelente, todos los actores consiguen un acertado volumen y muy buena dicción. La caracterización de cada uno también es muy lograda: la vestimenta y el maquillaje transmiten el perfil psicológico de los personajes. Estelle es una mujer sumamente preocupada por el aspecto físico y estético, su ropa elegante y acentuado maquillaje la muestran como una dama coqueta centrada en las apariencias. Garcín es un hombre que se encuentra destrozado y su ropa hecha añicos refleja su estado anímico. La otra mujer, Inés Serrano, con vestimenta más bien masculina nos hace pensar en una construcción de género determinada.
El mayordomo o mozo, encorvado y con la voz ronca representa un ser casi bestial, temible. Las actuaciones de todos transmiten el tono justo y sus trabajos se destacan por su fuerza y solidez, abordando un texto nada fácil con intensidad y compromiso. Jimena Paz Lima, a cargo de la adaptación y dirección, da sentido y coherencia a la puesta, ayudando a que cada artista dé lo mejor de sí.
Somos libres, pero esa libertad nos hace también responsables ya que debemos responder por nuestras acciones. El hombre, al elegirse, está eligiendo a todos los hombres. No hay señales, nada en qué apoyarse para elegir. Estos seres han tomado quizás las decisiones equivocadas. Presos de sus propias conciencias, deberán aguantar este infierno infinito donde el único consuelo, paradójicamente, es el tormento de otros seres que han equivocado igualmente su rumbo.
A puerta cerrada, escrita por Jean Paul Sartre y estrenada en París en mayo de 1944, resulta aún hoy un texto potente y polémico. Esta puesta confirma una vez más que hay que volver a los clásicos y que el existencialismo sigue cobrando más fuerza en un mundo donde el ser humano se define por lo que hace y donde no hay una esencia prefijada.
Tal como afirma Jean Paul Sartre: “El otro es indispensable a mi existencia tanto como el conocimiento que tengo de mí mismo” y “Lo que no es posible es no elegir. Puedo siempre elegir, pero tengo que saber que, si no elijo, también elijo”. Este hecho inevitable de la condición humana es puesto de relieve en esta obra filosófica abierta a la interpretación y al descubrimiento de sentidos varios que demuestra cómo el arte puede abrir caminos para el pensar. Milly Vázquez
A puerta cerrada
se dio hasta diciembre 2017
Teatro La Ranchería
México 1152 – Cap.
(011) 4382-5862
teatrolarancheria.com.ar
Jean Paul Sartre en Wikipedia
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