Con uniformes médicos no muy tradicionales, conversan dos científicos que intentan explicar teorías sobre la posible involución del ser humano. Se tratan con mucho respeto, aunque digan una sarta de disparates y den rienda libre a una serie de personajes como muestrario o corolario de lo que tal involución puede dar. Javier de Nevares y Marcos Videla divierten porque se divierten e improvisan mucho sobre la base de la mentada teoría de la involución, teniendo como cómplice a un público casi sin fronteras con el minúsculo escenario sobre el cual se mueven.
Obedeciendo al desordenado discurso, pueden mutar en un mono o en un sabio que filosofa sobre la realidad para concluir que la cadena evolutiva es una lacra, aunque para esto tenga un rayo solucionador. De ese modo también se convierten en un pastor con atuendo de cura que cachetea a un aspirante a su congregación y después toma una botella a la que masturba. No hay teoría que acepten ni historia en la que crean, no hay Adán y Eva posibles, ni mucho menos pecado original.
Una conductora pseudo vedette presenta a un tal Poronga, rugbier bienudo de San Isidro, que no trepida en hablar de sus éxitos ostentando su masculinidad. En un juego constante de guiños actorales, entre la realidad y la comedia, cuentan que se han formado con Julio Chávez y hasta con Lee Strasberg, y su verborragia incluye a la cantante Mina y a Leonardo da Pinti. Se dan el lujo de representar Othello, de Shakespeare, en una desopilante parodia que presenta al moro, a Desdémona y a Bravancio en orgásmica situación.
En el océano del desentendimiento, Javier de Nevares y Marcos Videla navegan sin aliento, jugando con el lenguaje y las palabras, con mucha gestualidad y manejo corporal, manteniendo hasta diálogos onomatopéyicos en los que nada dicen pero todo expresan. Martin Wullich
Teoría de la involución
se dio hasta mayo 2011
Axolotl Bar
Fondo de la legua 73
San Isidro – Buenos Aires
Javier de Nevares con Fernando Peña
Marcos Videla en Alternativa Teatral
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