Son divas que brillan en el escenario, llenas de glamour. Pero Sandra Baylac (guitarra y voz) y Laura Vázquez (piano y voz) también muestran el lado oscuro de lo femenino: cuestionan los mandatos, se burlan de las imposiciones, juegan con el concepto de belleza y, sobre todo, hacen reír mucho al espectador con sus provocadoras letras. Sus composiciones, impecables desde lo musical, son terreno fértil para el goce estético.
Las imágenes reproducidas en una pantalla (a cargo de María Garona) se complementan muy bien con lo relatado y con las canciones. En la filmación, las cantantes caminan por un paisaje muy bello pero desolado; ¿será que ya no hay hombres en este mundo? Ellas preguntan al público si hay una chica sola. Para muchas el proyecto personal significa tener un novio. La frase “no sos vos, soy yo” aparece como aquella que desencadena el final amoroso. En la pantalla podemos distinguir el chat entre un hombre y una mujer. Los juegos de palabras presentes desde el título del espectáculo son ingeniosos y dejan pensando. ¿Cómo es una diva de diván? ¿ Es esa mujer que se lleva el mundo por delante, pero también la que puede exponer sus miserias y miedos ante su psicoanalista? La música del tema que da nombre al conjunto fue tomada de Francis Lai.
“Si estás sospechando es porque sos engañada”, afirman las chicas en una canción. Hay una parodia del rol que muchas veces se le asigna a la mujer: una crítica al deber ser y la pasividad, al sometimiento al hombre y al hogar, y al mismo tiempo, un homenaje a la mujer, su lucha, su búsqueda. En la proyección podemos ver imágenes de una guía de la buena esposa, que debe realizar todas las tareas domésticas, complacer a su marido, saber cuál es su lugar y mantenerse preciosa para él. La ironía que se logra, al contrastar el relato visual con las canciones de las divas logra un efecto de humor importante.
Con frases realmente muy logradas, como “en el mundo cuántico se puede ser gordo y flaco a la vez”, Sandra y Laura conquistan al público a cada paso. Mientras, Sandra se ejercita con sus pesas, porque ese ideal de mujer que se vende en las publicidades es tan inalcanzable como deseado. La ansiedad no la deja a la diva ni un solo minuto y cuando empieza no puede parar; ahogar al ser amado es casi inevitable porque es difícil no caer en excesos cuando se trata de amor. Tener un novio es una misión imposible, como imposible será no reírse en este espectáculo.
Las músicas entrecruzan géneros, pueden ser raperas y también adoptar un tono más introspectivo; pueden denunciar pero también insinuar. Las versiones de Ya no sé qué hacer conmigo del Cuarteto de Nos y de Like a virgin de Madonna son dos inclusiones que funcionan muy bien. La interpretación de un aria de la ópera Carmen de George Bizet es otro hallazgo y permite el lucimiento vocal y el despliegue de una personalidad avasallante.
“Debo ser maternal y oler como una rosa, ser una eterna virtuosa”. La sociedad exige que la mujer sea bella como una estrella aunque también dependiente, obediente y complaciente, se lamentan las divas. Hay algo del espíritu de Alfonsina Storni en los versos de estas mujeres: “Tú me quieres alba/ me quieres de espumas/ me quieres de nácar/ Que sea azucena/ sobre todas, casta/ De perfume tenue/ Corola cerrada”. Sandra y Laura conservan la rebeldía de las grandes poetas y expresan con sus voces todo lo que muchas veces se quiere callar. No renuncian a la belleza, pero le ponen su propia impronta y construyen un nuevo significado de la palabra “mujer” reconociendo la herencia de nuestra cultura, y también proponiendo una nueva visión. Este es el relanzamiento del disco Misión Imposible, segundo espectáculo del dúo que, además de la canción que da nombre, al show cuenta con temas como Engañadas, El sexo no piensa y Ansiedad.
Hombres que no comprenden la psique femenina, mujeres que no comprenden la psique masculina; esta obra nos habla de la incomunicación entre géneros, de la falta de un código común indispensable para el entendimiento. “Pienso donde no soy, soy donde no pienso. Amar es dar lo que no se tiene a quien no lo es”, sostenía Lacan. La figura de Lacan asoma entre las divas, aportando algo de luz a los claroscuros del amor y la soledad. Laura es psicóloga y Sandra tiene formación en ciencias políticas: ambas con su bagaje intelectual podrían escribir un lúcido ensayo sobre las relaciones entre hombres y mujeres. Sin embargo, en su lugar, deciden otorgarnos un ensayo hecho canción, dar a sus ideas un vestido musical, y ensayar cómo representar el amor, la feminidad y las contradicciones inherentes al ser humano. Estas intérpretes hacen de su paso por el diván un gran espectáculo donde ponen en escena sus múltiples destrezas. Milly Vázquez
Fue el 19 de noviembre de 2017
La Tangente
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