Madre Coraje – Actúan: Emilio Bardi, Silvina Bosco, Héctor Diaz, Claudia Lapacó, Natalia Lobo, Iride Mockert, Esteban Perez, Agustín Sullivan, Osvaldo Santoro – Coro/Cuerpo de Baile: Braian Bre, Nicolás Iturbide, Lucas Mariño, León Ruiz, Julián Ignacio Toledo, Miguel Valdivieso – Vestuario: Magda Banach – Escenografía: René Diviú – Iluminación: Marcelo Cuervo – Sonido: Ivan Grigoriev – Coreografía: Luis Biasotto – Autor: Bertolt Brecht – Director: José María Muscari
Comencemos por decir lo importante: más allá de que a esta altura Bertolt Brecht (1898-1956) ya puede ser considerado todo un clásico por derecho propio, el texto de Madre Coraje y sus hijos -estrenado en 1941, en pleno desarrollo de la Segunda Guerra Mundial- tiene una potencia dramática propia que justificaría, por sí sola, la recomendación de este título. Añadamos otra consideración: la actuación de Claudia Lapacó en la presente puesta, en el papel protagónico, es sencillamente admirable.
No es poco, y sin embargo ahí nomás termina el listado de aquello que podríamos señalar como meritorio. Muy por el contrario, la propuesta desarrollada desde la dirección por José María Muscari nos pareció desacertada, mezclando incomprensiblemente la esencia dramática del texto de Brecht, con elementos de un estética decididamente inadecuada y kitsch.
Que el carromato en el que vive la familia se haya convertido en una carretilla puede ser tomado como un desliz, y como una licencia la eliminación de los nombres de los tres hijos de Madre Coraje, convertidos en Hijo Mayor, Hijo Menor e Hija, así como otras modificaciones del texto original.
Pero que los soldados, vestidos como strippers, bailen provocativamente o se besen entre sí de manera apasionada mientras la actriz principal desarrolla un monólogo que requiere la atención del espectador, o el tono innecesariamente amanerado de los oficiales (Héctor Díaz y Emilio Bardi), la caracterización exageradamente bestial de la hija muda (Iride Mockert), o el estereotipo burdo cargado sobre Ivette la prostituta (Natalia Lobo), nada de eso contribuye a la obra. Al revés, la perjudica.
Esteban Pérez y Agustín Sullivan actúan correctamente el rol de los hijos. También hace un buen trabajo Silvina Bosco como la cocinera (¿por qué el cambio de sexo en este personaje?) y Osvaldo Santoro interpreta un muy buen Predicador. Pero la confusión general es demasiado grande y la historia de la vendedora ambulante, que paga con la vida de sus tres hijos los beneficios económicos que logra arrancarle a la guerra, termina pivotando entre la excelencia del texto original y algo parecido a un naufragio. Germán A. Serain
Se dio hasta 16 de diciembre 2018
Teatro Regio
Av. Córdoba 6056 – Cap.
(011) 4772-3350
complejoteatral.gob.ar
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