LAS PULSIONES DE YAMYLA – TOXICCA, voces interiores

Una propuesta de teatro under con componentes psicológicos y multimediales

Actúan: Kevin Armijo, Jessica Gagliardi, Cynthia Ortega y Laura Andrea Paz – Escenografía: Carlos Alberto Cirigliano – Dirección: Demián Alexander Cirigliano

¿Cuántas personalidades pueden habitar en una misma persona? ¿Dos o tres, tal vez? ¿Quizás cientos de ellas? Cualquiera sea el caso, siempre tendremos al menos presente, en irreverente promiscuidad y omnipresencia, ese par de antagónicos personajes integrado por un ángel, que nos habla parado sobre uno de nuestros hombros, y un demonio que hace lo propio desde el hombro contrario. Dios y el diablo, contendiendo por el alma de cada uno de nosotros. Dios, el diablo y la razón, ese proverbial justo medio que muchas veces se mimetiza con la negación y que, mal que nos pese, está condenado a no satisfacer sinceramente jamás a nadie, puesto que somos en el fondo seres pulsionales, antes que racionales.

De pulsiones se trata, precisamente, esta obra ideada por Demián Alexander Cirigliano, que se presenta como una “performance psicológica multimedia”. Hay un escenario austero, con cuatro sillas enfrentadas al público, algunos implementos de peluquería y dos pantallas que cuelgan del techo, que introducen al comienzo la lógica fragmentaria de la pieza. Hay una idea rectora, o quizás varias, pero solamente se nos ofrecerán retazos más o menos deshilvanados, como en un sueño, dominado por el inconsciente. Cualquiera de estos fragmentos puede ser significativo.

Las palabras de los actores funcionan como voces interiores, que tanto pueden provenir del personaje como de cualquier persona del público. Las relaciones entre un segmento de discurso y otro se dan a veces por simple contigüidad y, en ocasiones, por contraste. La inclinación natural del espectador es buscar un sentido lineal para lo que ve y escucha, lo cual choca al principio con la lógica interna de la obra, que llega a negar que haya un sentido predeterminado. Habrá que ser paciente para que las cosas comiencen a aclararse.

Las pulsiones de Yamyla se inscribe en la nutrida oferta del circuito teatral under de Buenos Aires. Si somos la ciudad con más librerías en el mundo, según parece, es probable que en cuanto a salas de teatro no estemos muy atrás. Las actuaciones del grupo son aceptables, a pesar de algún dejo dubitativo y una apuesta de interacción con el público que por momentos se desborda.

La idea de trabajar con un soporte de video es muy interesante, aunque las pantallas, prometedoras al comienzo, a la larga estén subaprovechadas. De cualquier modo la propuesta es recomendable e invita a la reflexión. Un detalle: sería positivo superar de una vez la idea de que una propuesta, por ser alternativa, puede dejar de lado la puntualidad en el inicio de los espectáculos.

La obra reseñada termina con un final abierto, lo cual se plasma en un hecho significativo: la propuesta de continuidad a través de una segunda parte, titulada Repulsiones, que podrá verse en la misma sala un mes más tarde. En cuanto a Toxicca, por supuesto, hay finalmente una historia lineal, concreta y trágica detrás del personaje central, a través de la cual se explican sus devaneos psíquicos y anímicos.

Pero seamos sinceros, ¿quién no carga sobre sus espaldas alguna historia trágica? En última instancia, todos somos víctimas de la tragedia de ser seres escindidos, contradictorios, incapaces de establecer una tregua definitiva con nosotros mismos. De eso trata esta obra.  Germán A. Serain

Domingos a las 21
Teatro La Mueca
J. A. Cabrera 4255 – Cap.
(011) 4867-2155

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