Recital de Javier Camarena – Tenor: Javier Camarena – Pianista: Ángel Rodríguez – Obras de: Giovanni Bononcini, Christoph W. Gluck, Georg F. Händel, Gaetano Donizetti, Gioachino Rossini, Jules Massenet, Giuseppe Verdi, Francesco Paolo Tosti, José Serrano y Pablo Sorozábal
Ocho años pasaron desde la primera visita del tenor mexicano Javier Camarena al Teatro Colón; la segunda fue en 2022 con un recital y su Nemorino en L’elisir d’amore de Donizetti junto a Nadine Sierra. En ambas, el extravertido artista dejó en claro las razones que lo han convertido en uno de los cantantes de su cuerda más aclamados en la actualidad, las cuales reconfirmó en la función ofrecida en esta temporada para el Mozarteum Argentino, una velada que comenzó con una simpática advertencia del cantante sobre su calvicie, la primera de muchas incursiones habladas que repetiría a lo largo de la noche.
Valiéndose de un programa peculiarmente concebido, que recorrió piezas del Barroco, el bel canto, un Verdi temprano, el Romanticismo, la zarzuela y abundantes canciones populares, Camarena rompió el hielo con una eficiente versión de Vado ben spesso cangiando loco del modenés Giovanni Bononcini. A partir del aria J’ai perdù mon Eurydice (cantada en francés) de Orphée et Eurydice de Gluck, el cantante dejó en claro su tendencia discrecional en el manejo de los tempi en pos de lograr efectos expresivos. De ahí la morosidad con la que también encaró Pourquoi me révellier de Werther de Massenet e incluso los fragmentos de zarzuela, o en el otro extremo la frenética velocidad que imprimió a La danza de Rossini. Estas peculiaridades no enturbiaron el bello timbre de Camarena, acentuado en la potencia de su registro agudo; como tampoco lo logró alguna dificultad en la emisión al comienzo de Ombra mai fu de Serse de Händel y, con intermitencias, en algunas otras ocasiones. Pero el ámbito donde el tenor exhibió indiscutiblemente su calidad artística fueron las dos obras de Donizetti (la canción Me voglio fa na casa, y Spirto gentil de La favorita, esta última agregada fuera de programa), un repertorio donde Camarena se mueve cómoda y lucidamente.
La segunda mitad del recital estuvo dedicada a la música popular, con cuatro canciones de Tosti servidas con sentimiento por el cantante, y dos clásicos de la zarzuela: La roca fría del calvario de La dolorosa de Serrano, y el célebre No puede ser, de La tabernera del puerto de Sorozábal. Los bises comenzaron con un homenaje a la tierra natal del tenor a través de Flor de azalea de Jorge Negrete, La malagueña de Miguel Aceves Mejía (impresionantes su fiato y sus agudos) y Ódiame de Julio Jaramillo. El tenor pidió luego acompañamiento al público -de aplauso ansioso e inoportuno- que se plegó alegremente para entonar un ‘enganchado’ tanguero, compuesto por Uno de Mores y Discepolo, Volver y Por una cabeza de Gardel y Le Pera, bien cantado por Camarena y excelentemente tocado por el pianista Ángel Rodríguez, de gran desempeño durante toda la velada.
Ante el reclamo de la audiencia (que quería seguir cantando junto al artista), con Cielito lindo y O sole mio, Javier Camarena puso el broche de oro a una noche donde lo popular y la palabra terminaron imponiéndose, cuantitativamente hablando, sobre el segmento de bel canto en el que el artista alcanzó el cenit de su extraordinario talento. Patricia Casañas
Fue el 16 de junio de 2025
Mozarteum Argentino
Teatro Colón
Libertad 621 – CABA
(011) 4378-7100
Javier Camarena canta Por una cabeza
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