FALSETTOS, quiebres fraternales

Breve y correcta adaptación de un éxito de Broadway

Falsettos – Actúan: Ignacio Francavilla, Christian Giménez, Alejandra Perlusky, Julián Pucheta, Tomás Wicz – Vestuario: Pablo Battaglia – Escenografía: Tatiana Mladineo, Luli Peralta Bo – Iluminación: Rodrigo González Alvarado, Diego Ramos – Coreografía: Vanesa García Millán – Dirección musical: Santiago Rosso – Autoría: William Finn, James Lapine – Adaptación: Marcelo Kotliar – Dirección: Diego Ramos

FALSETTOS, quiebres fraternales

Este singular musical de William Finn y James Lapine, acerca de una poco convencional familia judía, en realidad es la lucha de sus integrantes para mantenerla unida. Falsettos se centra en tres personajes que la constituyen pero que luego son cuatro y quizá hasta serán cinco hacia el final.

En ese reinado de la duda el padre de familia se revela como gay presentando a su novio a su reservada ex mujer y a su astuto hijo adolescente. Nadie parece querer mostrarse con autenticidad y continúan en fantasioso equilibrio, hasta compartiendo cenas.

Pero entre escena y escena se vislumbran ocultas fracturas, como el padre crítico y posesivo, cercado por modernas ideas de su joven pareja como la de rehuir la monogamia. O la madre que se enamora de su analista, a quien suma a la familia sin culpa, junto al adolescente que es capaz de enfrentar los problemas mejor que sus padres.

La dirección de Diego Ramos es correcta y brinda lugar a todos los componentes del elenco para lucirse, en una producción discreta y apocada de las vistas en el exterior. La banda comandada por Santiago Rosso en vivo es excelente, pero el sonido es tan elevado que convierte al musical casi en un karaoke, y por momentos no se logra comprender las letras de las canciones, que poseen -eso sí- una bella melodía. Y este detalle no es menor, ya que la obra casi no tiene diálogos.

Alejandra Perlusky es la reina del elenco. Su capacidad vocal e interpretativa no merma en ningún momento. Christian Giménez se maneja certero en su papel de padre y denota un crecimiento profesional con cualidades para conmover emocionalmente, tal como en el enfrentamiento final con su hijo, papel que interpreta correctamente Tomás Wicz. Sin embargo, un actor de menor edad -como en las producciones internacionales- hubiera ayudado a crear un personaje más veraz. Julián Pucheta, muy divertido en el papel del terapeuta, despierta risas en cada una de sus participaciones.

La iluminación es imprecisa y no suma a la puesta. La escenografía es muy sencilla, pero servicial a la acción. Falsettos es un musical para adeptos de los musicales, quienes lo disfrutarán pese a sus fallidos elementos. Cristian A. Domínguez

Se dio hasta fin 2018
Teatro Picadilly

Av. Corrientes 1524 – Cap.
(011) 4373-1900

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