EL BURGUÉS GENTILHOMBRE, hoy como ayer

Divertida puesta de un siempre vigente clásico de Molière

El burgués gentilhombreActúan: Marcela Chávez, Paul Criollo, Martina Meconi, Carlos Méndez, Fátima Morra Ruiz, Gabriela Perelrozen, Vicente Raffo, Adriana Tello, Miguel Vidoni –  Texto: Jean-Baptiste Poquelin (Molière) – Música: Jean-Baptiste Lully – Versión,  vestuario y escenografía: Claudia Godoy – Dirección: Adriana Tello

En octubre de 1670, Molière presentó en la corte francesa su comedia El burgués gentilhombre. Se dice que, durante este estreno, Luis XIV no pronunció palabra alguna, lo cual generó en el dramaturgo cierto temor y dio a los cortesanos una señal del desagrado del monarca. Días más tarde, durante la segunda representación, Moliére permaneció en sus aposentos. Cada tanto hacía traer noticias sobre la repercusión de esta nueva función en la corte. Las noticias eran muy malas. Pero al término, Luis XIV pronunció estas palabras: “No os he hablado antes de vuestra comedia porque temí dejarme seducir por la manera como había sido representada; mas, en verdad, Molière, no habéis hecho nada hasta ahora que me haya divertido más, y vuestra obra es excelente”. Al pobre Molière le volvió el alma al cuerpo, y los volubles cortesanos, siguiendo la corriente del monarca, elogiaron la obra.

No sabemos, sin embargo, si Luis XIV se habrá divertido al punto de desternillarse de risa. Pero seguramente el público se reirá mucho en esta versión de El burgués gentilhombre. La obertura de Jean-Baptiste Lully, colaborador de Molière en varias obras, nos pone en clima para esta entretenida puesta dirigida por Adriana Tello, quien también hace las veces del disparatado profesor de filosofía.

La representación alcanza altos niveles de hilaridad y, muy de vez en cuando y sin desentonar, los actores hacen algún guiño a la época actual. Carlos Méndez es el señor Jourdain, un “nuevo rico” aspirante a noble, que contrata los servicios de un profesor de música, otro de baile, otro de filosofía y, por si fuera poco, un maestro de armas. Es cierto que nadie, por más alto que haya escalado en la movilidad social, contrataría hoy un maestro de armas, pero la alegoría bien puede servir para nuestros tiempos, y para todos los tiempos.

Ingenuo y no menos tierno, el absurdo Jourdain es equiparado en comicidad por la fresca Nicolasa (Fátima Morra Ruiz), que intenta que su señor ponga los pies en la tierra, aunque sin mucho éxito, pese al esfuerzo mancomunado con la señora Jourdain (Gabriela Perelrozen) y su agudo sarcasmo. Y así, el desfile de personajes es desopilante, de principio a fin. Se destaca Paul Criollo en su triple papel: el fiel Covielle, el simpático maestro de música y el disparatado sastre: este último viste al señor Jourdain de ropajes tan recargados como absurdos, al punto de hacer del “piojo resucitado” una caricatura. La marquesa Dorimene (Marcela Chávez) seduce a su amado Dorante (Miguel Vidoni) con su abanico de plumas y, cual sirena, con su canto: Sé que me muero de amor, un intermedio escrito en español dentro de una obra en francés.

El divertido lieto fine con la resolución de los tres matrimonios: Dorante con Dorimene, la bella Lucila con Cleonte, y Covielle con Nicolasa, cierran esta puesta, exponiendo aún más al ridículo a Monsieur Jourdain. Es posible, por lo visto, reflotar un clásico del siglo XVII sin necesidad de retocar demasiado o, en el peor de los casos, adaptarlo al punto de engendrar un pasticho sin ton ni son. Es posible reírse leyendo la obra tal como la pergeñó Molière y viendo una puesta actual sin bifurcaciones ni incongruencias. Al fin y al cabo, burgueses gentilhombres existirán mientras haya un cielo y una tierra. Viviana Aubele

Sábados a las 21
Teatro El Vitral
Rodríguez Peña 344 – Cap.
(011) 4371-0948
Entradas por Alternativa

Vota esta nota

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación / 5. Recuento de votos:

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Publicado en:

Deja una respuesta