EL 3340, con humos de cabaret

Animado, bullicioso y cachondo, vale la pena frecuentar este cabaret con su grotesco y sorprendente elenco

Hacía rato que no me reía con tantas ganas en un espectáculo de café concert. Y es que no faltan razones en este cabaret… o en este espacio “con humos de cabaret”: el 3340. La principal es que la subyugante Concha del Río hará una declaración asombrosa y muy excitante para los argentinos: ¡se queda en nuestro país!

A partir de este primer instante, Concha –Noralih Gago– irá uniendo y presentando los diferentes números de este cabaret sui generis. Por allí desfilará desde una pseudo intelectual –Mónica Cabrera– con muy poca memoria, quien pedirá constantemente ayuda a los espectadores; una encantadoramente insoportable norteamericana doblada al español por ella misma –lo mejor de Gimena Riestra– que nos dará algunos consejillos; una médica –Marina Bellati– borrachina y simpatiquísima, que más parece un pibe de barrio, a la que no le importa absolutamente nada de nada, sino contar sus disparatadas historias.

También aparece una televidente –Pablo Palavecino– convencida de las bondades de un pastor brasileño y convincente del porqué debemos acudir a su templo, junto a otros desconcertantes personajes que desfilarán por el decadente escenario. Fuera de él, aparecerá también una insólita enmascarada –Teresa Murias– que está aprendiendo el diccionario de memoria, y da prueba de ello.

Noralih Gago crece en su histrionismo cada vez más, maneja los tiempos en una forma notable, y es tan elocuente con los gestos y las miradas que su sola presencia es motivo de gracia. Además su socarrona risa, su tono centroamericano aunque con “erres” provincianas, su estupendo vestuario, y sus provocadores mohines son un condimento perfecto de esta diva altri tempi que no para de seducir.

Es la anfitriona perfecta del Anfitrión, un espacio multisalas (2 y el foyer donde se desarrolla este espectáculo), que ha dado cabida a muy atractivas piezas como Azul metalizado, El homosexual, Paraísos olvidados, o Solita para todo con la mismísima Noralih en una camaleónica demostración de sus cualidades actorales.

Otras “niñas” cabareteras completan el elenco actuando como escoltas de los espectadores, ayudando al desarrollo de la obra con sus incesantes cambios, y añadiéndole a este cabaret -que Juan Parodi puso en escena y sólo abre los miércoles- el exacto clima en donde se conjugan la decadencia, lo insólito, lo diferente, en un juego entretenido y placentero. Martin Wullich

Se dió hasta fin de 2007
Teatro Anfitrión
Venezuela 3340 – Cap.
(011) 4931-2124
anfitrionteatro.com.ar

Vota esta nota

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación / 5. Recuento de votos:

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Publicado en:

Deja una respuesta