BRUNO GELBER Y LA SINFÓNICA NACIONAL, Fiesta Patria

En el marco del festejo del 25 de Mayo, un extraordinario concierto de la Sinfónica Nacional

Bruno Gelber y la Sinfónica Nacional en el Día de la Patria colmaron la Ballena Azul. Los motivos no eran pocos: un programa sinfónico coral muy atractivo, con dos obras de Alberto Ginastera en el año de su centenario, y la presencia de Gelber como solista del Concierto para piano Nº 1 de Johannes Brahms.

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El concierto ponía además punto final al proceso de reajuste sonoro de la sala, en cuyas mejoras se estuvo trabajando con buenos resultados. La acústica del recinto evidencia realmente un excelente nivel. Se notó tal vez algo de empaste en los momentos en que la orquesta sonó a tutti en conjunto con los dos coros, el Polifónico Nacional y el Nacional de Niños, pero es una sala de conciertos magnífica, moderna, cómoda y más que adecuada para lo que fue prevista.

El comienzo fue con el Himno Nacional Argentino, cuya belleza musical debería ser mejor apreciada. Ya se sabe: en ocasiones lo conocido y lo que parece más fácil es lo que finalmente resulta más difícil de alcanzar. En cuanto al programa en sí mismo, la orquesta sonó precisa y bien ajustada, además de expresiva. Una circunstancia inesperada -la repentina falta de unas particellas en los atriles correspondientes- obligó al director Christian Baldini a hacer tiempo, y con muy buen criterio aprovechó para hablar brevemente acerca de las obras que se interpretarían. Fue una muy buena actitud, que debería adoptarse como costumbre, sobre todo en espacios abiertos a la comunidad, a fin de que el público tenga un panorama más acabado sobre lo que va a escuchar.

En este caso Baldini, quien por lo demás se desempeñó con habilidad, destacó la presencia de una mayoría de obras relativamente tempranas dentro de la producción de los respectivos compositores. De hecho lo primero que pudo escucharse fue la Suite del ballet Panambí, el opus 1 de Ginastera, con notables influencias de Stravinsky y su Consagración de la primavera, en particular en la percusión y su avanzada concepción rítmica. Luego llegaría el Salmo 150, con claras reminiscencias de Bartók, potente y emocionante en su conjunción de la orquesta y los coros, aunque fue imposible entender el detalle de los textos cantados.

La potencia casi salvaje de las obras del compositor argentino fue matizada con la sensibilidad expresiva del Canto Elegíaco Op. 118 de Ludwig van Beethoven, para dar paso, ya en la segunda parte, al delicado pero decidido romanticismo del concierto de Brahms, por cierto de matices claramente beethovenianos. En este punto la entrada de Bruno Gelber fue aplaudida con particular entusiasmo, y debemos decirlo: el pianista tiene el enorme mérito de haberse ganado el cariño del público. Algo que muchos otros músicos, acaso con igual o mayor mérito artístico, no han conseguido. Es claro que hablamos de un pianista talentoso, que merece además el reconocimiento de acercar a la música clásica, a través de su mano, a un público amplio. Siempre es un placer escucharlo, porque se trata de Gelber. Pero sería bueno que este mismo público supiese que hay otros artistas locales, cuyos nombres acaso no sean tan mentados, que sin embargo tienen objetivamente mucho para ofrecer en un nivel similar o incluso superior.

Ya como cierre de este magnífico concierto de Bruno Gelber y la Sinfónica Nacional, un par de notas aparte. La primera: ver celulares sacando fotos o filmando, como si se tratara de un recital de rock, o el hecho de que un cerrado aplauso acompañase el final del primer movimiento del concierto para piano, fueron gestos que en un contexto más formal hubiesen sido inadecuados. Sin embargo, aquí no queda más que celebrarlos, pues ponen de manifiesto la irrupción de un nuevo público, indispensable para mantener vivo el género académico. La segunda: la evidencia demuestra que las entradas, por más gratuitas que sean, deberían ser numeradas, a fin de evitar discusiones a la hora de ubicarse la gente, sobre todo cuando existen áreas reservadas. La última: nobleza obliga, no queremos dejar de destacar la excelente atención que recibimos por parte de la gente del Departamento de Prensa.  Germán A. Serain

Fue el 25 de mayo de 2016
Centro Cultural Kirchner
Sarmiento 151 – Cap.
cck.gob.ar

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