ADIÓS A MARÍA FUX, más de cien años en danza

La creadora de la danzaterapia aseguraba: “Sigo bailando, creciendo, y trabajando para la gente”

Ciento un años –un suspiro en la historia del universo- es una cifra enorme en términos de vida humana. Cuando María Fux nació, inaugurando 1922, las heridas de la primera guerra mundial todavía estaban abiertas y ardientes; el expresionismo colmaba la entreguerra de colores violentos en la pintura y de movimientos puntiagudos en la danza. Ese mismo año se fundó la Unión Soviética y se consolidó el fascismo en Italia. En la Argentina, la “Patagonia rebelde” tiñó de sangre el campo sureño, mientras en Buenos Aires se ensanchaba la avenida Santa Fe y el faro del Palacio Barolo iluminaba por primera vez el cielo porteño. Grandes expectativas despertaba el comienzo de la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear. Realidades y vivencias tan diferentes de las de hoy, y a la vez tan iguales.

En ese marco María Fux comienza a transitar su propia historia. Ekaterina de Galantha, una gema de Rusia en Buenos Aires, fue su maestra en danza clásica. Pero el de María no era el sendero de las zapatillas de punta, sino el de los pies descalzos, de la mano del ideario de Isadora Duncan y Martha Graham. Más tarde lo sería el de la danzaterapia, la forma en que el movimiento sana cuerpo y mente sin atenerse a parámetros ni estereotipos estéticos, campo donde María hizo su propio aporte a lo desarrollado por las escuelas norteamericanas y europeas.

Su biografía, infinitamente reproducida en estos días, nos cuenta que el Colón, el Cervantes y el San Martín fueron algunos de los teatros cuyos escenarios la recibieron. También que su labor pedagógica fue extensa, en su país y en el exterior, que quedó documentada en nueve libros, y que hasta hace muy poco María se acercaba a las clases de su estudio y participaba activamente en ellas.

“Sigo bailando, creciendo, y trabajando para la gente”, decía María a los 72 años, en la entrevista que acompaña esta nota realizada por Martin Wullich. Ese documento irremplazable nos trae su palabra reflexiva, segura, amable, portadora de una filosofía de vida sostenedora de la aceptación y el amor a sí misma, del reconocimiento de los propios límites, de la acción de dar y recibir.

Su muerte, ocurrida el 31 de julio pasado, provocó pesar en el mundo de la danza. ¿Cuánto más hubiéramos querido que la longeva María viviera? El deseo de la inmortalidad, con todas sus equívocas y fascinantes connotaciones, se proyecta una vez más sobre una artista que hizo de su vida un ejemplo de empatía y amor, y que sin duda nos repetiría: No se queden sentados mirando cómo el tiempo pasa. ¡Muévanse!  Patricia Casañas

MARu00cdA FUX a sus 72 au00f1os. Entrevista de Martin Wullich

Facebook de María Fux
El método María Fux
María Fux en Wikipedia

Vota esta nota

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación / 5. Recuento de votos:

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Publicado en:

Un Comentario

Deja una respuesta