Sentir y no castrar, al menos concientemente, las pulsaciones en las piernas. Generar calor. Mover el cuerpo tirado por tendones, ir al piso, pararse, volver al piso, volverse a parar. Encontrar al otro, dejar que descargue su peso en uno, devolvérselo, mirarlo, rozarlo.
Tres músicos en vivo, improvisando, o no, según se mueven ellas; ellas, según la música y los ruidos. Cuatro bailarinas. Una sala medio oscura, el público cerca, una columna y cuatro sillas, se trepan; un piano, una batería, una guitarra eléctrica.
Las ropas color carne, holgadas, cinturas, músculos, brazos, pelo suelto, o atado, incluso una de ellas está rapada, cero pelo. Embiste. Sus cuerpos en movimiento. La fijeza de nuestros ojos. Natalia Mejía
Se dio hasta septiembre 2015
Centro Cultural Sábato
José E. Uriburu 763 – Cap.
(11) 4370-6195
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