Antes de mencionar esta magnífica noche con la Sinfónica RTV Eslovenia y un gran violonchelista, una reflexión: en un tiempo en el que abundan las pirotecnias en todas las dimensiones, el ámbito violonchelístico no ha sido la excepción. Preferimos, de manera definitiva al Mischa Maisky que ofrece como bis la Sarabande de la Suite para cello solo Nº 5 de Bach, particularmente lenta y tranquila, antes que las demostraciones de velocidad que el público suele aplaudir con mayor entusiasmo.
No porque Mischa Maisky toque una cosa mejor que la otra, sino porque no cualquier intérprete es capaz de sacar tanta expresividad y sentimiento de una pieza como la mencionada, incluso cuando luego añada el consabido Preludio de la Suite Nº 1, a un tempo bastante más rápido que el que hubiésemos deseado y que, como era de esperar, los asistentes aplaudieron con particulares ganas. Antes habían sonado las Variaciones 6 y 7 sobre un tema rococó de Tchaikovsky, y también aquí preferimos el Andante al Allegro vivo final.
Pero estos eran los bises. El plato fuerte había sido el Concierto para violoncello en La menor Op. 129 de Robert Schumann, una obra cuyos tres movimientos se tocan sin interrupción, que ocupa un lugar particular dentro del catálogo del compositor, pues es el último trabajo que escribe en el auge de sus capacidades, antes de caer en la enfermedad que lo llevaría al hospicio y a la muerte. Secundado por la Orquesta Sinfónica RTV Eslovenia, dirigida por Raoul Grüneis, la interpretación de este trabajo fue brillante desde todo punto de vista.
Creada en 1955 para realizar grabaciones destinadas al archivo de la radio y televisión de su país, la RTV Eslovenia es una muy buena orquesta y tuvo momentos memorables, no sólo en Schumann sino también en la maravillosa Sinfonía Nº 4 en Mi menor Op. 98 de Johannes Brahms, una obra plena de exquisitos matices. La agrupación demostró en muchos pasajes una notable potencia y precisión.
En el final hubo otros dos bises, en este caso ya sólo a cargo de la orquesta: primero una pieza del compositor esloveno Aldo Kumar y finalmente la conocida obertura de Poeta y aldeano de Franz von Suppé, al término de la cual el público reaccionó con auténtico fervor. Quien suscribe estas líneas, quizás siempre un poco a contramano, agradece la gentileza de los bises de la RTV Eslovenia, pero hubiese preferido quedarse con el memorable final de la sinfonía brahmsiana.
Más allá de los detalles, lo cierto es que en una Buenos Aires rebosante de propuestas musicales, el ciclo Nuova Harmonia se las arregla para seguir brindando con regularidad conciertos que suelen ser de excepcional calidad. Atento a las dificultades que atraviesa el país y que son de público conocimiento, sólo cabe esperar que no se corte. Germán A. Serain
Fue el 8 de noviembre de 2019
Teatro Coliseo
M. T. de Alvear 1125 – Cap.
(011) 4816-3780
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