Un grupo de mujeres y un pianista enfrentan los difíciles tiempos de postguerra, mientras brotan problemas cotidianos e historias de amoríos con hombres que ya no volverán. Contenidas por las dimensiones de un escenario en el decadente bar de un balneario, ejecutan partituras de ritmos variados sin mucha calidad, mientras las escenas se suceden y se cruzan en simultaneidad de planos con brillantes diálogos, muy bien logrados en la dirección de Jorge Paccini.
Estas mujeres, interpretadas por hombres, sorprenden al comienzo e invitan a tomar distancia y seguir cada una de las historias embriagadas de sarcasmo y humor grotesco. Las apariencias tratan de sostenerse y de a poco se van desdibujando hasta el despojo total. Caracterizados con maquillajes exagerados y vestimentas livianas de principios del siglo XX, donde asoma caprichosamente la masculinidad sin caer en el absurdo, juegan con la dualidad que el público agradece.
Las interpretaciones no tienen altibajos. Cada uno de los actores tiene su lucimiento y lo aprovecha en cada escena, desde los momentos divertidos hasta la tragedia final, tal como lo hace Carlos March que interpreta la eterna romántica, o la exultante Hortensia de Osmar Nuñez , la directora de la orquesta. Pero la solidez del grupo asegura el brillo de cada uno de los integrantes del ensamble.
La puesta en escena está muy bien manejada. El vestuario, responsabilidad de Paula Molina, está cuidado al detalle. La iluminación es acorde con el clima que se vive. El sonido que emite la música apropiada, factor importante en estas comedias dramáticas, es correcto y cumple su misión.
Orquesta de señoritas es un clásico inteligente, con llamativo argumento y ácida comicidad, que rescata una época. Es la ilusión de sostener lo que ya no está, invitando a reflexionar sobre miedos y miserias de la vida. Sergio Boaglio
Viernes y sábados a las 21
Domingos a las 20.30
Teatro Buenos Aires
Rodriguez Peña 411 – Cap.
(011) 5218-5214
teatrobsas.com.ar
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