NIKOLAI LUGANSKY en el ciclo de la Filarmónica

Orquesta, director y pianista en estado de gracia con Beethoven y Rachmaninov

Ciclo OFBA – Concierto 8 – Ludwig van Beethoven: Obertura Egmont Op.84 – Sinfonía Nº 8 en Fa mayor Op.93 – Sergei Rachmaninov:  Concierto para piano y orquesta Nº 2 en do menor – Orquesta: Filarmónica de Buenos Aires. Piano: Nikolai Luganski – Director: Srba Dinić

Comenzó el concierto con la Obertura Egmont, Op.84, de Ludwig van Beethoven -estrenada en 1810-, la más famosa de las diez piezas de la música incidental encargada al compositor para la representación de la tragedia del mismo nombre escrita por Johann Wolfgang von Goethe.                                                                                 

La obra teatral de Goethe retrata la vida de un héroe del siglo XVI, un profeta de la rebelión por la justicia, un general y un estadista de los Países Bajos hasta su arresto, juicio y  decapitación. El texto finaliza con la muerte del protagonista que proclama su ideal de lucha por la independencia. En alrededor de ocho minutos el compositor representa musicalmente el sufrimiento de un pueblo ante la opresión. Culmina con el himno a la libertad que simboliza la liberación del pueblo, tema al que el compositor vuelve una y otra vez.

El  director Srba Dinić retrató con precisión las diversas instancias de la historia sabiamente distribuidas entre los instrumentos de la orquesta. Sobre todo en el fortissimo final triunfante cuando Egmont sube al patíbulo, pronuncia un apasionado discurso y el martirio de su ejecución se vuelve poderoso en la lucha contra la opresión. La transmisión en streaming  fue notable y marcó en primeros planos los instrumentos que se destacaban en cada sección, con una dirección de cámaras atenta al desarrollo de la partitura

La Octava Sinfonía no tuvo la aceptación que logró la Séptima Sinfonía en tiempos de Beethoven. Cuando su alumno de piano Carl Czerny le preguntó por qué, Beethoven respondió: «Porque la Octava es mucho mejor». Mientras que la Séptima Sinfonía tiene mucho en común con la Tercera Sinfonía (Eroica), la Octava es una obra casi «neoclásica» La única de las sinfonías de Beethoven que no tiene dedicatoria, se estrenó en 1814, en otro concierto con la Séptima Sinfonía y la Victoria de Wellington. La obra no tiene introducción, ni acordes, sólo un salto desde el comienzo.  Tampoco tiene un movimiento lento, aunque tiene un Allegretto que, curiosamente, suena como un metrónomo, como la Sinfonía Nº 101 en Re mayor de Franz Joseph Haydn. El final es impetuoso, aunque comienza vacilante. Una importante interrupción nos lleva a la coda, una de las más largas del compositor.

Dinić  demostró un profundo conocimiento de la obra, y estableció una química con la orquesta, que se mostró dúctil a las indicaciones del maestro.

Con el recuerdo de la reciente interpretación del Concierto para piano Nº 2 de Serguei Rachmaninov en el Festival que tuvo lugar hace dos años junto a Nelson Goerner, la nueva versión de Dinić con la Filarmónica se adaptó perfectamente a la concepción de Nicolai Lugansky en un ejemplo de flexibilidad artística. Lugansky es un pianista profundo, que bucea en lo más hondo, haciendo resaltar voces y planos  escondidos, al punto en que nos hace sentir que la obra más interpretada del compositor tiene elementos que antes no habíamos percibido y nos mantiene en vilo esperando qué es lo que va a llegar en los próximos compases.

Haciéndose esperar, y ante los rugidos del público y de la orquesta en pleno, Luganski, continuando en “modo Rachmaninov” obsequió una hermosa versión del  bello Preludio Nº7 en do menor Op.23 dando fin a una velada perfecta. Estela Telerman

Fue el 9 de agosto de 2025  
Teatro Colón
Libertad 621 – CABA
(011) 4378-7100
Sitio Web Teatro Colón
 

TRANSMISION EN VIVO: FILARMu00d3NICA DE BUENOS AIRES: CONCIERTO 8

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