Il barbiere di Siviglia – Basada en: Pierre de Beumarchais – Música: Gioachino Rossini – Cantantes: Aigul Akhmetshina (Rosina), Jack Swanson (Conde Almaviva), Andrey Zhilikhovsky (Figaro), Peter Kálmán (Dr. Bartolo), Alexander Vinogradov (Don Basilio) – Escenografía: Michael Yeargan – Vestuario: Catherine Zuber – Iluminación: Christopher Akerlind – Dirección musical: Giacomo Sagripanti – Régie: Bartlett Sher
El público de Buenos Aires agradece a la Fundación Beethoven liderada por la incansable Pupi Sebastiani por la fortuna de poder presenciar en vivo y en directo desde hace 15 años las funciones del Metropolitan Opera House, que brinda a millones de espectadores la oportunidad de sentirse parte asistente a ocho óperas por temporada. A ello se le agrega un plus: disfrutar de las reacciones y detalles de los gestos de cada personaje en primeros planos y participar del backstage con alguna distinguida figura del mundo lírico. En la función que reseñamos, el presentador fue Anthony Roth Costanzo, director de la Ópera de Filadelfia y artista multifacético que combina su carrera como contratenor con roles de producción y liderazgo en instituciones culturales.
Nada mejor que el título elegido para el broche de oro de la temporada: una de las grandes óperas buffas del siglo XIX, modelo del género: Il Barbiere di Siviglia de Gioachino Rossini, estrenada en el año de nuestra independencia en el teatro Argentina de Roma. Si bien no hay relación entre el nombre del teatro con un país inexistente en 1816, señalemos que en 1826 fue la primera ópera que se presentó en “la gran aldea”, Buenos Aires, que estaba muy al tanto de lo que ocurría en Europa en materia de artes y letras.
La función estuvo a cargo de una conjunción de intérpretes multinacionales, algunos experimentados y otros debutantes reunidos con el fin no explícito de divertirse y divertir. Pocas veces se vio un espectáculo en el que las risas no dieron respiro, al tiempo que esas actuaciones memorables -bailando, cantando, subiendo y bajando escaleras- nos dejaron perplejos e intrigados tratando de descifrar cómo se podían mover tanto y emitir simultáneamente endiabladas y difíciles coloraturas.
A ello se agrega el plus de la ingeniosa escenografía de Michael Yeargan, que aprovechó las ventajas del escenario giratorio para lograr vertiginosos cambios de ambientación. Una adquisición para el género buffo en el Met fue invitar a un director de poco más de cuarenta años, el italiano Giacomo Sagripanti que domina el género a la altura de algunos grandes directores de otras generaciones. Desde la régie, Bartlett Sher imprimió al espectáculo un dinamismo y espectacularidad asombrosos
La jovencísima mezzosoprano más inglesa que rusa Aigul Akhmetshina (1996) a quien pronto disfrutaremos en un recital en nuestro Teatro Colón, fue una Rosina de voz potente, envolvente, penetrante, con una perfecta coloratura y una total compenetración con su personaje. Considerada mundialmente una referente de Carmen en la actualidad, ya que no tendremos la oportunidad de verla en ese rol, probablemente la disfrutaremos en las arias más famosas.
Junto a la joven y experimentada Rosina, su pareja -el Conde Almaviva- estuvo a cargo de un debutante en un rol al que se le augura una pronta carrera internacional: el tenor norteamericano Jack Swanson, con bella voz y gran dominio del estilo. El reconocido barítono Andrey Zhilikhovsky (también compositor), oriundo de Moldavia, nos ofreció un Fígaro de antología tanto en lo actoral como en lo vocal: expresivo, sonoro y versátil. También se lucieron el bajo húngaro Péter Kálmán y el bajo barítono ruso Alexander Vinogradov ambos de una extensa y multifacética trayectoria.
Para saber cuál es el devenir de estos personajes creados por Pierre de Beaumarchais, recomendamos no perderse la repetición de la función del Met de Las Bodas de Figaro de Wolfgang Amadeus Mozart, en que la comicidad se torna visión social. Estela Telerman
Fue el 31 de mayo de 2025
Fundación Beethoven
Av. Santa Fe 1452 – CABA
Transmisiones desde el Met
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