El peor de los públicos – Actúa: Alejandro Lifschitz – Autoría: Andrés Binetti y Alejandro Lifschitz – Iluminación y Dirección: Andrés Binetti
El peor de los públicos, la curiosa pieza teatral que pergeñaron Andrés Binetti y Alejandro Lifschitz -en la que el primero dirige al segundo- relata la historia de Atilio, un viejo maquillador de cadáveres. De origen español y expulsado de su país por haber exhibido el cuerpo de un soldado del ejército fascista como payaso en su velatorio, llega por casualidad a la Argentina.
Este unipersonal, por momentos hermético, trae a la luz temas algo sórdidos y oscuros, que en general preferimos olvidar. El desarrollo, asi como la puesta, es interesante y crudo, aunque compensa con particular humor la incomodidad de ser testigos del proceso de “puesta a punto” y decoración de un cadáver.
La actuación de Alejandro Lifschitz es muy buena, muy verosímil y tan pasional como sutil. Verdaderamente acompañamos al maquillador en su sótano y asistimos a un suceso de mucha intimidad. Justamente, El peor de los públicos refiere al público de Atilio, aquel que va a los velatorios, pero plantea asimismo un juego irónico con el público de la obra (nosotros los espectadores).
La pieza habla de la soledad, de la pasión, del deseo; probablemente de manera un poco obscena o menos habitual, al estar frente a un cadáver y a su maquillador. Son sentimientos tan humanos, que muchas veces quedan ocultos o guardados por miedo, por no saber cómo expresarlos, y se manifiestan en la relación del protagonista con el cuerpo del soldado, que tan dedicada y amorosamente “esculpe” en el transcurso de la obra.
El hecho de “tallar” el cadáver también hace referencia a la relación del artista con su obra de arte, con la pasión que se pone en juego, la constancia, la dedicación, y la condición de creer en lo que uno hace, sea lo que fuere. Grisel Bercovich
Se dio hasta fin 2016
Teatro Fandango
Luis Viale 108 – Cap.
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