Cuatro empleados de un supermercado y un joven militante político se unen con una estudiante de nivel socioeconómico alto y traman un plan que, en teoría, los beneficiará a todos. Para llevar a cabo la maniobra deben mentir y van dejando en evidencia agujeros insalvables que los definen, los distancian, y los posicionan como individuos. Esto sucede con humor y parte de la empatía está en algunas referencias locales que el público porteño puede reconocer.
Manos libres es fácil de seguir, divertida, y no por eso es una obra banal, al contrario, está ubicada en el universo de temas comúnmente debatidos: división del trabajo, lucha de clases, necesidades básicas y rebusques que se abren paso para cubrir dichas necesidades. Es justamente en ese cruce entre la distracción superficial, y los motivos que en el fondo impulsan a cada personaje, donde se enriquece la trama y humaniza el conjunto que, técnicamente, es bastante simple.
Escenografía, iluminación y montaje carecen de grandes atractivos, sin embargo funcionan porque hay sinergia con el texto y las voces que lo encarnan. Se percibe el disfrute y la entrega por parte del elenco, y el trabajo cuidado de Alejandro Lifschitz desde la dirección que aprovecha bien los recursos de la dramaturgia. Natalia Mejía
Viernes a las 23
Fandango Teatro
Luis Viale 108 – Cap.
(15) 3556 4050
fandangoteatro.com.ar
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