Actúan: Julio Ordano y Ulises Puiggrós – Iluminación: Sebastián Crasso – Escenografía y Vestuario: Sabrina López Hovhannessian – Dramaturgia: Alberto Drago – Dirección: Eduardo Lamoglia
Luis es un escritor que mira a Europa como modelo. Desprecia a las masas. Se niega ante las evidencias de una realidad innegable y parece que prefiere habitar el mundo literario antes que el real. Paul es un personaje necesitado de afecto y señala una verdad con insistencia, de manera firme, aunque con suavidad. El encuentro entre ambos se desarrolla en un café porteño donde están ellos solos. No asistimos a ninguna agresión entre los personajes; sí presenciamos cierta agresión en el discurso de Luis quien puede hacer una larga lista de lo que aborrece pero no tanto de lo que ama. Alberto Drago, figura clave y prolífica de la dramaturgia, explora de modo genial el alma de este personaje soberbio, distante, que busca ser tratado de “usted” porque no puede conectarse con sus propios sentimientos.
Las referencias a un autor canónico de nuestras letras, polémico en lo ideológico, están implícitas, intercaladas en el guión. La búsqueda de la propia identidad lleva a Paul a ahondar en su vínculo con Luis, pero él no deja que ahonde demasiado. Dos soledades se encuentran, con actitudes muy distintas; su relación es como un péndulo oscilando entre el amor y el odio, la atracción y el rechazo. El texto nos conduce a situaciones desgarradoras y sorpresivas. Eduardo Lamoglia, desde la dirección, logra conducir este drama acertadamente. Potencia los momentos de humor y los más tristes, sacando lo mejor de Julio Ordano y Ulises Puiggrós. Es una pieza que conmociona: el carácter ácido y pretencioso de Luis contrasta con la autenticidad de Paul, quien herido de forma irreversible, indaga en ese pasado que el otro no quiere reconocer pero está latente.
Lo que cae blandamente es la nieve, en referencia al tango; aunque los personajes también caen, se desmoronan como si fuesen blandos y no hay redes contenedoras, nos llevan a una intemperie abismal donde las máscaras se desprenden y llegamos a la médula de cada uno. La obra se sitúa el 9 de julio de 2007, cuando insólitamente vimos nevar en Buenos Aires (una casualidad que coincida con la fecha patria, algo también relevante). Luis prefiere la nieve del extranjero; en otras ciudades es mucho más común. Aquí, sin embargo, esta precipitación espontánea y que concentra todas las miradas se convierte en un hecho poético irrepetible, como este encuentro. Lo contemplamos todos con asombro: del mismo modo, se observan los desconcertantes fenómenos naturales.
Contemplo la nieve es una oportunidad de apreciar teatro bien hecho, donde la dramaturgia, la dirección y las actuaciones resultan sobresalientes, y confluyen en un todo armónico que cautiva. Milly Vázquez
Sábados a las 18
Teatro El Tinglado
Mario Bravo 948 – Cap.
(011) 4863-1188
teatroeltinglado.com.ar
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