“Cuando era chico nos daban el mataburros; la música es el arte de unir sonidos”. Tales fueron las palabras, al subir al escenario, de Víctor “Vitillo” Ábalos, el cuarto “por orden de cigüeña” de entre cinco hermanos que evidentemente vinieron al mundo con la música en el alma. Y resaltamos lo peculiar de la audiencia ya que en el Tasso se vio gente de un rango generacional muy amplio.
Lo peculiar también se dio arriba del escenario. Un grupo de folklore “surrealista y desfachatado” (tal como se definen en su página web), Los Tabaleros, y Juan Manuel Gigena Ábalos, sobrino nieto de Vitillo, presentaron temas donde se puede reconocer lo folklórico y al mismo tiempo la impronta “joven”. De hecho, la misma estética de su vestimenta logró esa rara fusión de lo nuevo y lo tradicional: remeras con logos de intérpretes que poco tienen que ver con lo telúrico, mezcladas con argentinísimos ponchos.
En la primera parte se escucharon temas propios de Los Tabaleros, como por ejemplo Escalera, Jazmín del país, El amor no existe, Carmesí, Once, y también una curiosa adaptación en ritmo de chacarera de la cortina musical de El Zorro. Un solo de guitarra eléctrica sirvió de transición para el ingreso de Vitillo -de impecable traje y corbata-, escoltado por Los Tabaleros, que caminó entre las mesas hasta llegar el escenario.
Vitillo recordó junto a su sobrino nieto y Los Tabaleros esas chacareras y zambas a las que él y Machingo, Machaco, Roberto y Adolfo supieron poner su sello inconfundible: Agitando pañuelos, Añoranzas, La carbonera, Bailando con el bombisto y, por supuesto, Nostalgias santiagueñas. El disfrute no fue sólo del público presente, que vivaba a Vitillo cada vez que hacía sonar su bombo, sino de los mismos artistas, que parecían revivir alguna de las tantas veladas folklóricas de esos cinco santiagueños, de esos cinco hermanos que ya son parte de la historia del folklore argentino.
Para Víctor Manuel Ábalos, este bombisto de 94 años recién cumplidos, que entre anécdotas de las giras con sus hermanos demostró que viejos son los trapos, está claro que la música no solo combina sonidos, sino que une generaciones. Viviana Aubele
Fue el 8 de junio de 2016
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