TENIS, atrevida frescura

Entretenido desvarío de adolescente sexualidad

TenisActúan: Rodrigo Barrios, Julián Bass, Guido Gastaldi, Facundo López, Leo Lugón, Nahuel Ortiz, Sofia Romano – Escenografía: Roberto Méndez Valladares – Iluminación: Gonzalo Calcagno – Texto, Vestuario y Dirección: Diego Beares

La disparatada historia del joven que llega -de la mano de su madre- a tomar clases de tenis en el club y se enamora del profesor, encuentra insospechados y graciosos ribetes en un tono de comedia contemporánea, con mucho aditamento y ambigüedad sexual. Los personajes han sido claramente delineados por Diego Beares y el parejo elenco –algunos en doble papel- los corporizan con bastante acierto, mientras cuentan a modo de farsa lo que a cada uno le ocurre interiormente y en su relación con los demás. Su natural desparpajo brilla con creciente e histriónica desfachatez en el transcurso del relato.

Es muy destacable el magnífico trabajo de Julián Bass, elocuente y expresivo, sustanciado profundamente en la encarnación del timorato enamorado, quien jamás descuida su personaje, generando ternura y diversión por partes iguales. La única mujer, novia del profesor y objeto de deseo de varios -corporizada por la bella Sofía Romano-, disfruta ser espiada mientras hace el amor, hasta darse cuenta de que el voyeur en cuestión es el nuevo alumno que observa a su novio. Mientras aparecen variadas fantasías y ensueños masturbatorios generados por la adolescente testosterona, en el íntimo reducto del vestuario se dirimen cuestiones relacionadas con el machismo, los winners y los losers, el debut sexual y cómo abordarlo.

Hay ocurrentes momentos como la madre que habla doblada por Natalia Oreiro, los personajes congelados mientras continúa la acción, el público que es tomado como asistente al casamiento, o las escenas musicales y coreográficas al compás de Kylie Minogue. En un juego sin pretensiones, la historia también permite –como en la función vista- la participación de una drag queen fuera de libreto generando más embrollo a la polivalencia reinante.

La escenografía es atractivamente colorida, casi de dibujo animado, y el vestuario está pensado entre lo sexy y lo delirante. Ella llega al altar desfilando como en una pasarela y el cura aparece en shorts apenas cubierto su torso por un colgante que semeja una incipiente sotana, mientras el frac del novio es lo más “elegante sport” que se ha visto en estas situaciones. Los cambios de escena son rápidos y han sido bien solucionados con la iluminación, generando una muy entretenida puesta del autor para este insólito dislate. Martín Wullich

TENIS (obra de teatro) - martinwullich.com

Se dio hasta noviembre 2012
Teatro El Piccolino
Fitz Roy 2056 – Cap.
(011) 4779-0353
elpiccolino.com.ar

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