No siempre conocemos las huellas que llevamos bajo la piel. Piel marcada es la historia de una joven atravesada por el abuso que, buscando el amor, se obsesiona y encuentra alivio en la crueldad. Elena, el personaje que interpreta Lucía Steimberg, sostiene que el amor es amorfo, y tiene sentido si tiene una palabra a su lado: amor bueno, amor malo. Amor rojo, amor blanco. Amor pasional, amor vacío. Amor precoz, amor tardío. Amordazado. Atado. Desnudo. Tapado. Amortajado. Mojado.
La actriz se muestra fresca, sincera y cómoda en el escenario. Auténtica, casi desnuda o casi tapada, con su piel muy cerca del público. El texto está lleno de imágenes, de esos detalles que las mujeres contamos al relatar nuestras historias de amor. Cada elemento del amor es tenido en cuenta. También nos cuenta acerca del dolor, de la frustración y de la crueldad. Y lleva al extremo esa pulsión de muerte que todos tenemos, es el amor contra la muerte. Elena mata por amor, mata por pasión; es desbordada por su emocionalidad. Nos deja sin palabras ante tanta soledad. Sin embargo relata con dulzura y con encanto; con mucha empatía hacia el público, para acabar con un grito cruel y visceral de desgarro y desamparo.
La actriz no está sola en el escenario. La acompaña -ayudándola a vestirse y desvestirse- Alejandra Marino, que además hizo la dirección de la obra. Desde la parte posterior del escenario observa, sostiene con la mirada, enfría con una regadera los pies de Elena para enfriar un poco tanto “fuego”. Es como si, de alguna manera, Marino siguiera sosteniendo su trabajo de dirección, pero en escena, casi como una madre que cuida, abraza y cambia de muda a su hija. Interesante y hondo trabajo, para verlo y disfrutarlo. Grisel Bercovich
Jueves a las 21
El Camarín de las Musas
Mario Bravo 960 – Cap.
(011) 4862-0655
elcamarindelasmusas.com
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