La obra de Alicia Díaz Rinaldi habla de la dualidad, de la convivencia entre dos órdenes: el caos, representado en el interior del plano con diferentes texturas y líneas que lo recorren, y el orden, en contundentes planos negros o plenos de color.
En sentido más amplio se refiere a la dualidad del mundo en que vivimos. Comprendiendo que lo uno enfatiza y hace más visible lo otro. La luz y la sombra. La alegría y la tristeza. La vida y la muerte.
Es un universo bidimensional pleno de color y ordenado geométricamente; y otro mundo inquieto, de líneas, manchas y texturas, con la curaduría de Sergio Artola.
Se dio hasta mayo 2011
Mundo Nuevo Gallery Art
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Alicia Díaz Rinaldi nació en los márgenes de la gran ciudad, en Avellaneda, un 25 de octubre de 1944. En sus primeros recuerdos, se entristecía y lloraba cuando veía el cielo coparse de nubes y relámpagos. Le impacientaba cierta nostalgia de la luz. Más tarde, descubriría que ese combate silencioso entre caos y orden, luz y sombra, ese juego de polos opuestos, o incluso -como con el tiempo aprendería a considerar- complementarios, serían las claves para emprender sus búsquedas pictóricas, para imaginar su propio universo.
Su infancia más temprana transcurrió entre los galpones y pasillos de la curtiembre que tenían sus padres José Pepe Díaz Fernández y Rosalía Rinaldi. En ese hogar fabril de los suburbios vivió hasta los cuatro años, cuando su familia se mudó un poco más al sur, a Wilde. La nueva casa tenía un jardín amplio, repleto de plantas y frutales, donde Alicia se pasaba las tardes trepada a los árboles, comiendo mandarinas y disfrutando del sol. Curiosa, solitaria e inquieta, leía con devoción las colecciones de cuentos de Billiken o de la Editorial Atlántida que compartía con su hermana Lidia, cuatro años y medio mayor… Leer más en la página de la artista
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