A 100 AÑOS DE UN SECUESTRO INTELECTUAL

Victoria Ocampo y Rabindranath Tagore retratados por Juan Javier Negri

Hace exactamente un siglo -fines de 1924-  ocurrió un hecho que recobra su importancia en la historia cultural de la Argentina: la llegada a Buenos Aires del polímata indio Rabindranath Tagore —poeta, dramaturgo, novelista, ensayista, pintor y compositor de canciones infantiles—, y su forzada permanencia en la casa de Victoria Ocampo. Aunque de corta duración, constituyó un hito para la cultura nacional y el intercambio intelectual entre Oriente y Occidente. Sobre este tema se explayó el Dr. Juan Javier Negri, abogado especialista en derecho del arte y presidente de la Fundación Sur -creada por Victoria Ocampo en 1963-, durante la reunión organizada por el Rotary Club de Buenos Aires. Negri definió a ese encuentro como un ‘secuestro intelectual’.

Para contextualizar este acontecimiento, es necesario recordar algunos hechos previos que situaron a Tagore en el centro de la atención mundial. En 1913 recibió el Premio Nobel de Literatura,. Fue el primer escritor no europeo en recibir este reconocimiento. Su obra, escrita principalmente en bengalí y traducida a numerosas lenguas, tuvo una profunda repercusión en Europa, especialmente gracias a las traducciones realizadas por Zenobia Camprubí y André Gide. Del otro lado del mundo, en la Argentina, algunas de estas traducciones llegaron a manos de la escritora Victoria Ocampo, quien quedó cautivada y admiró la figura de Tagore.

La invitación que el gobierno peruano hizo a Tagore en 1924, con motivo del centenario de la batalla de Ayacucho, fue una ocasión propicia para que el poeta iniciara un largo viaje, que lo llevó en noviembre de ese año a Buenos Aires, una de las muchas escalas en su largo periplo desde Calcuta. No obstante, el viaje de Tagore a Perú no culminó como estaba previsto. El grave deterioro de su salud forzó al poeta a interrumpir su itinerario en Buenos Aires, donde Ocampo se enteró rápidamente de la situación y ofreció a Tagore tomarlo a su cuidado. Este gesto de hospitalidad, lleno de complicaciones derivadas de que en esa época una mujer tomara a un hombre bajo su cargo, implicó un acto de valentía por parte de la escritora, quien además proporcionó atención médica y alojamiento a su ídolo literario.

La estancia de Tagore en San Isidro, donde Ocampo lo alojó junto a su secretario Leonard Elmhirst, adquiere relevancia por las circunstancias excepcionales de esa convivencia —las constancias escritas acerca de los días de convivencia en Miralrío indican que la relación entre Ocampo y Tagore no fue meramente intelectual, sino también sentimental—, así como por las implicaciones culturales que generó y la confrontación de ideas entre los dos literatos respecto a ciertos temas como la educación popular o el sentido de la poesía occidental.

El encuentro entre la escritora argentina y el poeta indio influyó en la obra posterior de ambos. Tagore no mostró ser un gran adepto a la cultura occidental, aunque esto no significa que su cruce con Ocampo no haya tenido consecuencias. Su estancia en Buenos Aires significó un regreso a la poesía, la cual había abandonado temporalmente, e incluso le dedicó a ella un libro completo de poemas. Además, Tagore comenzó a explorar nuevas formas de expresión, incluso en el ámbito de la pintura, impulsado por la figura del pintor uruguayo Pedro Figari, amigo cercano de Ocampo. Un detalle interesante sobre la pintura de Tagore es que aparece, en todas sus obras, una silueta femenina que muchos asocian con la de Victoria Ocampo.

Para Ocampo, su relación con Tagore la enfrentó a una visión del mundo radicalmente distinta, lo que contribuyó a la ampliación de sus horizontes filosóficos y literarios. En particular, las enseñanzas de Tagore sobre la educación popular y las filosofías orientales influyeron profundamente en la constitución de Sur, la revista que Ocampo fundaría en 1931, y a través de cuyas páginas se preocupó por mostrar a la sociedad argentina —en ese momento influida casi monopolísticamente por la cultura europea— las ideas y el pensamiento que florecían más allá de nuestras fronteras.

A cien años del encuentro en Buenos Aires entre Victoria Ocampo y Rabindranath Tagore, es oportuno recordar este lazo cultural único y sin precedentes en América Latina entre la India y la Argentina. Signo de su relevancia es el hecho de que, en su visita a nuestro país en 1968, la primera ministra india Indira Gandhi tuvo como su prioridad inicial visitar a Victoria Ocampo en su casa de San Isidro. Mariano Augugliaro

Fue el 15 de enero de 2025
Rotary Club de Buenos Aires
Hotel Libertador – CABA
Sitio Web Rotary Club
Victoria Ocampo en este Portal
Rabindranath Tagore en Wikipedia

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