Con un artífice preciosista y perfeccionista como Aníbal Pachano, este espectáculo no podía fallar. La receta no es nueva: mezclando música clásica, arias de ópera, tangos, charleston, swing y hasta música oriental, Dominó va mostrando, con la particular estética de su creador, una serie de números coreográficos y actorales, con un vestuario impecable –ya un sello de sus shows- y un muy bien pergeñado diseño de sonido. Sin embargo, los artistas que participan son profesionales que demuestran justamente cómo una receta conocida puede hacerse una vez más, con diferente mano, y resultar muy atractiva.
Si bien la primera parte del espectáculo es algo morosa y daría la impresión de repetir algunas cosas del pasado, con influencias de Caviar y hasta del Cirque du Soleil, es en la segunda en donde Dominó logra ritmo y diversión, ajustando la estética general a lo mejor de este creador que cumple 25 años arriba de los escenarios, desde que inició este desafío con Ana Sans, su ex mujer.
Se dice de mi, recreado por el mismísimo Pachano, con una letra que agrega humor y referencias a su persona, es desopilante. Por ahí aparecen también, en atractivas versiones, Mishima, Paquito de Rivera, Libertango, La Cumparsita y hasta un meddley de Nat King Cole.
Sandra Guida impone su presencia y su voz a través de números sólidamente armados. Alejandro Lavallén, en las coreografías, junto a Gaby Goldman, en la dirección musical, son fuertes pilares de apoyo para un show que genera alegría constantemente.
Hacia el final de la función, Pachano hace un gracioso monólogo de actualidad en donde no falta la política ni la idiosincrasia del argentino. Hasta se da el lujo de mariconear con su tenida y sus brillantes botitas, su maquillaje y su peinado. Imperdible. Martin Wullich
Se dió hasta septiembre 2008
Estrenó en Teatro del Globo,
siguió en Punta del Este,
luego en Velma Café
Gorriti 5520
(011) 4772-4690
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