VLADIMIR MILLER, sing low

Conociendo al basso profondo ruso

Cuando Kurt Moll era niño, su anhelo era llegar a ser chelista. También aspiraba insertarse en el mundo de los negocios. Pero en el coro de su escuela le aconsejaron que siguiera el rumbo del canto. Y no estaban tan errados, pues Moll fue un bajo excepcional con una amplia trayectoria operística. Apodado Die Stimme Gottvaters (“la voz de Dios Padre”), fue célebre por su excepcional rango vocal: un genuino basso profundo. Moll afirmaría años más tarde que su voz era “más bien pequeña y muy ligera, pero siempre tuvo profundidad, y la profundidad y la resonancia se desarrollaron a lo largo de los años”. Además de su legado en el mundo del canto lírico, Moll también guió los pasos musicales de Vladimir Miller, otro basso profondo que nació en Siberia en 1964.

Miller, como Moll, no tenía previsto dedicarse al canto: se graduó en musicología en el Conservatorio de Leningrado (hoy Conservatorio Estatal de San Petersburgo), pero terminó estudiando canto en la Universidad de Música y Danza de Colonia, Alemania, y fue alumno del citado Kurt Moll. Por el inusual alcance de su voz y su peculiar calidad tímbrica, Miller ha sido invitado a cantar como solista en varios países, entre estos Alemania, Italia, Estados Unidos, Reino Unido, Países Bajos, y hasta el Vaticano.

Sobre el escenario, Miller ha cantado, claro, las partes de Sarastro (La flauta mágica), Osmin (El rapto en el serrallo) o Kolas (Bastien und Bastienne). Se lo ha escuchado también cantar en oratorios y cantatas, por ejemplo de Bach; pero fiel a sus raíces, Miller prefiere el repertorio de compositores rusos como Borodin, Glinka, Tchaikovski o Rachmaninov. Es, además, solista de la Capilla de la Corte de San Petersburgo, y ha participado en investigaciones sobre la música de su país.

En general, Vladimir Miller es catalogado como basso profondo. Pero el sitio web Oktavism propone otra etiqueta que no se conocía demasiado fuera de los países eslavos, al menos hasta el advenimiento de Internet: la de octavista. Por un lado, un octavista es aquel que canta una octava completa por debajo del registro del bajo profundo; por el otro, mientras basso profondo es un término engendrado por la tradición operística italiana, el octavismo tiene su génesis en la tradición coral rusa, en especial en el plano religioso. Por supuesto, suele ocurrir que estas dos etiquetas se superponen, y según el sitio, Miller es un claro ejemplo, pues se ha desempeñado en roles operísticos a la vez que canta en ensambles corales.

Este tipo de voces graves no abundan, y curiosamente, parece ser Rusia el principal país productor de ese registro. Otros casos de octavistas, además de Vladimir Miller, son sus compatriota Yuri Wichniakov y Mikhail Kruglov, el ucraniano Sergey Kryzhnenko, y fuera del ámbito eslavo, el estadounidense Glenn Miller y el finlandés Jyrki Korhonen. Los bassi profondi y en particular los octavistas suelen ser la excepción antes que la norma, y como tal generan fascinación no solo entre compositores de renombre -Robert Schumann y Hector Berlioz, que escribieron sobre ellos con muestras de admiración- sino entre el resto de los occidentales. Viviana Aubele

¿Qué es un octavista?
Bajos rusos en Música Sacra Rusa

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