VENUS, discurso moroso

Desapasionada fantasía masoquista basada en von Sacher-Masoch

VenusActúan: Ana Carolina Godoy, Rafael Steinhauser – Escenografía: André Cortez – Iluminación: Wagner Antônio – Vestuario: Yumi Sakate – Sobre textos de: Leopold von Sacher-Masoch – Adaptación: Monina Bonelli – Dirección: Luiz Fernando Marques

“Los golpes llovían, vigorosos, sobre mi espalda y brazos, cortando mis carnes, dejando una sensación de quemadura; pero el sufrimiento me transportaba porque provenía de ella, de la adorada, de aquella por quien estaba dispuesto en todo momento a entregar mi vida”. El breve fragmento de La Venus de las pieles, del novelista austríaco Leopold von Sacher-Masoch, marca la dominación y la sumisión, el goce y el fetichismo, la perversión y el juego que plantea una fantasía masoquista.

Inspirada en el relato,  la compañía brasileña de teatro ZUG ha intentado -con dramaturgia colectiva y a modo de revisión literaria- un acercamiento que, sin embargo, resulta falto de pasión, con un texto adaptado confuso y oscilante. La flagelación, los golpes, la humillación y su afán de alcanzar el goce sexual por parte del sujeto masoquista se pierden en un discurso moroso y abúlico sobre el libro y su autor.

Las menciones de Wanda von Dunajew, Severino, su nodriza, la Venus del Espejo de Tiziano, la cuestión helénica, el paganismo de la protagonista y las condiciones de un cierto contrato firmado para aceptar el papel de esclavo y renunciar a determinados derechos, son elementos que se cuelan inentendibles para quienes no se han asomado al texto. Como fuera de lo erótico no hay una trama, es inútil la adaptación que habla de la calle Florida o de encontrar un porteño para su juego erótico.

A los actores les falta sustanciación y energía en sus personajes, además de que sus voces se pierden -y se confunden- en varios momentos. Rafael Steinhauser parece siempre a la espera de decir su texto, no se involucra gestual ni corporalmente y parece más apático que excitado. Ana Carolina Godoy necesita una marcación más acorde a esa Venus temible y provocadora. El juego de las llamadas por el celular distrae y la pugna por el mismo no es creíble. Tampoco aporta -más bien incomoda- el paso de los actores entre los espectadores.

La puesta en escena aprovecha un precioso salón antiguo dedicado actualmente a un espectáculo de tango. Si bien es ocurrente, el decorado natural no logra suplir deficiencias como los dilatados tiempos entre escenas, algunos problemas de sonido e incómodas banquetas altas donde no se soporta estar sentado más de media hora. Martin Wullich

Fue el 31 de enero de 2020
Palacio Tango
Florida 165 – Cap.
palaciotango.com

Von Sacher-Masoch en Wikipedia

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