REFLEJOS EN EL AGUA, grotesco mojado

Marejada de manipulaciones y sueños frustrados en la obra de Alberto Borla

Reflejos en el agua Actúan: Marta Mendive, Daniel Di Rubba, Ariel Arroyo – Música: Ramiro Eraso, Andy Buonfrate – Dramaturgia: Alberto Borla – Dirección y Ambientación: Alberto Madín

El agua de la inundación sube y baja en la barriada, y Amaya (Marta Mendive) da eternos retoques a un tocado de novia que quizás jamás sea para ella. Julio (Daniel Di Rubba) trata de hallarle la vuelta a su ocupación de vendedor ambulante, y Arminda (Ariel Arroyo) no hace más que lamentarse de su suerte y la de sus dos frustrados hijos. La mujer, madre soltera, se embarca en un manipulador juego de tira y afloje con los vástagos, que bailan al compás de los vaivenes emocionales de la progenitora.

En la azotea de la humilde casa donde sobreviven a duras penas, la familia des-ensamblada solo alcanza a mantenerse a flote de las circunstancias adversas. Solo un milagro podrá revertir su fortuna, o como mínimo “los de la televisión”, que cada tanto pasan tangencialmente por la cuadra. Las aguas, en vez de bajar turbias, suben, una y otra vez, cual día de la marmota.

Reflejos en el agua, de Alberto Borla, funge como un espejo que devuelve una imagen, replicada a su vez en otro. Y así, sucesivamente. Las historias parecen repetirse, los infortunios son siempre los mismos. Y sin solución de continuidad, cada miembro de la familia se ve reflejado en esas aguas, y a la vez entre sí. La ambientación, a cargo de Alberto Madín (también responsable de la dirección) produce en quien la contempla la misma desazón que sienten los personajes. Los diálogos entre ellos vadean entre el quiebre y el acercamiento, en un ida y vuelta esquizofrénico que obliga a los hijos a adaptarse como sea para poder seguir viviendo. O subsistiendo.

Las músicas, por una lado, recuerdan esos parajes del Litoral argentino donde la subida de las aguas es una constante; por otro, remiten a esos programas bailanteros de sábados por la tarde donde muchos desfilan por el sueño de triunfar. ¿Lograrán Julio y Amaya superarse?

La terna actoral maneja con ductilidad el tema del grotesco, con el aporte de un actor masculino interpretando un papel femenino. Los parlamentos de hondo dramatismo son interrumpidos, de tanto en tanto, por toques de humor que rozan lo sarcástico, haciendo aún más eficaz el producto final. Viviana Aubele

Domingos a las 17
Reflejos en el agua
Teatro Paraje Artesón

Palestina 919 – Cap.
Entradas por Alternativa

Instagram: @paraje_arteson

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