Literalmente, este concierto debió haber sido otra cosa. Pero la Orquesta Sinfónica de Beijing, que debía cubrir la segunda fecha de la temporada 2019 del Mozarteum Argentino, sorpresivamente canceló sus presentaciones por motivos que no trascendieron, actitud que al parecer forma parte de la política de la agrupación china. Para compensar esta ausencia, y como dice el proverbio: no hay mal que por bien no venga, se convocó a la Orquesta de Cámara de Múnich, con un programa del que también participó la pianista francesa Lise de la Salle en calidad de solista.
Mucho se ha hablado acerca de la genial precocidad de Wolfgang Amadeus Mozart. Sin embargo, escuchando su Sinfonía Nº 29 K. 201, con la cual cerró el programa, se agradece que nos recuerden que el compositor apenas tenía 18 años al momento de escribirla. Plena de ingenio, la obra transcurre con asombrosa naturalidad, pero también mostrando una creatividad notable y una creciente complejidad que preanuncia el desarrollo de su obra posterior.
Apenas tres años más tarde Mozart compone su Concierto para piano Nº 9 K. 271. También aquí las notas del programa de mano nos ilustran, respecto de una persistente confusión en torno del nombre de este trabajo, cuyo título algunas ediciones discográficas han llegado a traducir como Del hombre joven. En realidad Jeunehomme, según se creyó durante mucho tiempo, habría sido el apellido de la pianista para la cual la obra había sido escrita. Doble error, en definitiva, pues la dama en cuestión al parecer se habría llamado Victoire Jenamy -admitamos cierta homofonía-, una pianista destacada en la Viena de entonces, que decidió aprovechar la amistad de Mozart con su padre para encargarle un concierto.
Aquí la sorpresa de la noche fue la talentosa Lise de la Salle, quien deslumbró con su claridad de fraseo y su equilibrio sonoro. La pianista se ensambló con perfección a la más que correcta Orquesta de Cámara de Múnich, luciéndose en su ejecución de trinos muy veloces, interpretados con una nitidez asombrosa.
Complementando estas obras mozartianas, el concierto se inició con la hermosa Serenata para orquesta de cuerdas Op. 20 de Edward Elgar, en tanto la segunda parte ofreció la versión para cuerdas de Company de Philip Glass. Debemos reconocer que el trabajo de Glass es agradable; pero también decir que si Mozart a sus 20 años ya tenía escritas obras como las dos aquí reseñadas, Glass da toda la impresión de haber dedicado su vida entera a escribir una misma música una y otra vez.
En resumidas cuentas, los abonados al ciclo de Mozarteum Argentino pudieron darse por satisfechos con este cambio de último momento que puso en escena a la Orquesta de Cámara de Múnich. Y esto quedó corroborado por el impecable silencio del público y los sostenidos aplausos sobre el final. Germán A. Serain
Fue el 13 de mayo de 2019
Teatro Colón
Libertad 621 – Cap.
(011) 4378-7100
Sitio Web Orquesta de Cámara de Múnich
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teatrocolon.org.ar
mozarteumargentino.org
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