Peculiar pareja de talentos, si las hay… Ella es desenfadada, ocurrente, verborrágica, aguda, garbosa e irónica, siempre estrella. Él es apacible, modesto, realista, campechano, amable, siempre astro. En el escenario, Nacha Guevara y Alberto Favero son mucho más que dos, sin duda. Por eso jamás dejan de interpretar la ya clásica Te quiero que el mismo Favero creó junto a Mario Benedetti y desde entonces han cantado innumerables artistas, muchas veces dedicada al amor de su vida o al de turno.
De la larga lista de esa dupla creativa, Nacha elige Vuelvo para el comienzo, canción que se hizo para volver del exilio y refleja las sensaciones y los sentimientos que trae el regreso. Antes, aclara que Favero estaba en Puerto Rico y Mario Benedetti en España y fue compuesta así, a la distancia, en conversaciones telefónicas. Favero le pone gracia: “…¡resultó carísima!”.
Luego aparece la famosa mucamita del señor Durán, pródiga con los amigos de su patrón, que termina con un simpático paso coreográfico de Nacha. Sigue una loca del suburbio pecosa y fulera; pasa Nanette olvidada y la cantante exhibe su coloratura de mezzosoprano; pasa James Dean y ella le confiesa su amor; pasan ciertas cosas que no volverán, mientras se encienden brillantes las luces de su ciudad.
El humor está presente y Nacha Guevara confunde a Giulio Cesare con Julio Iglesias, mientras Alberto Favero equivoca la partitura, y finalmente suena la chistosa versión del Vals del Minuto de Frederic Chopin. Surgen los versos urgentes, las canciones de amor y desamor, se levanta la ciudad dichosa, se hace un nudo en la garganta, se creen tantas cosas, pero el precioso final es para un clown triste, tristísimo, que emociona por su belleza, por su expresión, por la música que llega al alma a través de dos grandes artistas, sólo con un piano y una voz. Y, sin embargo, son mucho más que dos. Martin Wullich
Fue el 20 de julio de 2012
Teatro SHA
Sarmiento 2255 – Cap.
(011) 4953-2914
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