Mi amigo Hamlet – Actúa: Marcelo de Souza – Ambientación y vestuario: Pablo Graziano – Libro: Edgardo Scorza – Dirección: Rodolfo Graziano
El hombre le habla a su amigo muerto. Horacio le habla a Hamlet. Ese es el punto de partida de Mi amigo Hamlet, el libro de Edgardo Scorza, inspirado en la obra de William Shakespeare, para la recreación de un clásico siempre vigente, con una particular visión sobre la amistad, aunque tomando todo lo shakesperiano que emana el trágico texto.
El director Rodolfo Graziano ha marcado notablemente la oculta locura que el intérprete representa, acercándolo a un plano tenebroso, difícil de develar aun si alguien pudiera escucharlo secretamente. Sus pasos en la escena tienen misterio y ensoñación, con una atractiva puesta en escena. Su sobrino, Pablo Graziano, ideó una sugerente ambientación usando lienzos demarcadores que se amalgaman con el vestuario por él diseñado, fundidos en una tenue iluminación carmesí que le da un acabado sanguíneamente dramático. La vestimenta del protagonista deja entrever el cuerpo, como quien enseña la fortaleza necesaria para ciertos momentos, pero marca también las debilidades cuando existen penurias. El clima es apoyado por una atinada elección musical que realizó Eduardo Giorello.
A través de la voz y la actitud de Marcelo de Souza, el drama llega al espectador, con su soledad y amargura. El intérprete maneja con sentimiento su soliloquio, trasladando el texto y las ideas al mismísimo Hamlet, imaginando lo que el muerto le respondería, tomando el cuerpo entre sus brazos, sintiendo que viene y va en un imaginario diálogo desesperanzado, triste, angustioso, por la pérdida de quien habría querido que fuese inmortal. La relación entre los hombres es íntima, estrecha, fuerte, pasional y, por momentos, sensual. No olvida los abrazos interminables. Acompaña el dolor y rememora el primer despertar al amor. En él se conjugan todos los modales, gestos y formas del dolor. Hasta el aliento le duele. El lenguaje corporal de De Souza, ayudado por la acotada iluminación, es capaz de generar otro ser humano que lo abraza, que toma su cara, que lo exprime, le exige y también perdona, marcando la amistad pura y cristalina que une a los personajes. Su pensamiento es lo verdadero, sin egoísmo, sin ambages, expresado valientemente. Martin Wullich
Mi amigo Hamlet
se dió hasta agosto de 2010
Teatro Espacio Abierto
Pasaje Carabelas 255 – Cap.
(011) 4328-1903
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